MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha advertido de que las tensiones en el seno del Gobierno de coalición de República Democrática del Congo (RDC) han provocado una situación de "fragilidad" que podría derivar en un "desmoronamiento" que dé al traste con los avances logrados desde las elecciones de 2018.
El Ejecutivo de coalición fue formado tras la victoria del líder opositor Félix Tshisekedi en las presidenciales de diciembre de 2018 --celebradas dos años más tarde de lo previsto--, sucediendo así a Joseph Kabila tras dos años de aplazamientos electorales y ante la imposibilidad de que el exmandatario se presentara a un nuevo mandato.
La victoria de Tshisekedi --hijo del histórico opositor Etienne Tshisekedi, fallecido en 2017-- se vio empañada por las denuncias del también opositor Martin Fayulu sobre irregularidades para arrebatarle la victoria, en el marco de un acuerdo para permitir a los fieles de Kabila controlar el Parlamento, como finalmente ocurrió.
El Gobierno está integrado por 65 miembros, de los que 42 proceden del partido de Kabila y 23 de la coalición que lidera el presidente, lo que le dejó atado durante su nuevo mandato a la espera de que el exmandatario decida presentarse de nuevo a las presidenciales en 2023, donde ya no existirán los límites a su periodo de mandato.
La representante especial de Naciones Unidas para RDC, Leila Zerrougui, ha destacado que la transferencia pacífica del poder es algo aceptado "e incluso apreciado" por la clase política congoleña, si bien ha manifestado que las tensiones y los posicionamientos de cara a las elecciones de 2023 podrían obstaculizar las reformas.
"La situación política actual sigue siendo frágil y podría desmoronarse. Al mismo tiempo, tiene el potencial de sostener y hacer avanzar los logros que se han obtenido, si todos los actores trabajan hacia este objetivo", ha añadido la también jefa de la Misión de Naciones Unidas en RDC (MONUSCO).
En este sentido, ha resaltado que está manteniendo reuniones con actores de todo el espectro político para que se centren en la puesta en marcha de reformas y atender a las necesidades del pueblo congoleño.
"Al hacer resto he intentado trasladar a mis interlocutores que hay una diferencia entre la competición política normal y el comportamiento que socava la estabilidad del país", ha manifestado, sin dar más detalles al respecto.
RETIRADA PROGRESIVA DE LA MONUSCO
Por otra parte, ha confirmado que próximamente presentará ante el Consejo de Seguridad de la ONU una estrategia conjunta para la retirada progresiva de las fuerzas de la MONUSCO, después de que Tshisekedi haya pedido una transferencia por etapas de las tareas al Gobierno.
Zerrougui ha indicado que el Gobierno congoleño se ha mostrado de acuerdo en que la misión consolide su presencia en las provincias de Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri, en el este del país y donde el conflicto sigue activo, mientras mantiene su trabajo institucional en el resto del país.
En esta línea, ha manifestado que la MONUSCO tendría que retirarse "relativamente pronto" de la región de Kasai y reducir su presencia militar en Tanganyika, al tiempo que ha incidido que el objetivo principal de la misión sigue siendo la protección de los civiles.
La jefa de la MONUSCO ha pedido además el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU a los esfuerzos de la misión para fomentar una postura comunitaria de cara a la reintegración de los antiguos combatientes en el este del país, afectado por un repunte de la violencia durante los últimos meses.
"Es vital que evitemos repetir las experiencias del pasado", ha dicho, en referencia a las amnistías a exmilicianos que eran integrados en las fuerzas de seguridad, lo que provocó que la posibilidad de obtener cargos militares derivara en la formación de grupos armados.
INCREMENTO DE LOS ATAQUES
Los ataques han aumentado durante los últimos meses, el último de los cuales tuvo lugar a última hora del martes en las aldeas de Akwekwe y Bayeyi, en Ituri, donde fueron asesinadas ocho personas a manos de presuntos miembros de la milicia Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF).
La administradora adjunto del territorio de Beni, Rosette Kavula, ha detallado en declaraciones al portal congoleño de noticias Actualité que las víctimas fueron tiroteadas o asesinadas a machetazos en sus viviendas.
"Hemos enviado a nuestros equipos a contactar con el Ejército. Tras su retorno tendremos otros detalles", ha manifestado. El ataque es el segundo ejecutado por las ADF en esta zona en lo que va de semana, tras la muerte el lunes de diez personas en Mamove.
Esta milicia actúa en RDC desde la década de los noventa y, a pesar de las reiteradas ofensivas lanzadas contra ella, sigue generando violencia en la zona. Está considerado uno de los grupos armados más peligrosos de las varias decenas que operan en el país africano.
Durante 2019 surgieron informaciones en torno a posibles contactos entre las ADF y el grupo yihadista Estado Islámico, especialmente después de que este grupo reclamara en abril de ese año la autoría del que sería su primer ataque en el país africano, así como la formación de una nueva rama en el continente, llamada Provincia de África Central (ISCA).
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, denunció además la semana pasada la "escala masiva" de la violencia sexual vinculada al conflicto en RDC, así como la impunidad de la que disfrutan los responsables de estas violaciones de los Derechos Humanos en el país.
Bachelet hizo hincapié en que "el impacto de los conflictos armados sobre la población de RDC es profundo y creciente", antes de resaltar que "muchos informes apuntan a incidentes que podrían equivaler a crímenes de guerra o crímenes contra la Humanidad".