MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y el Gobierno de Estados Unidos han condenado el ataque ejecutado este lunes en la localidad tunecina de Ben Guerdène, cerca de la frontera con Libia.
En su comunicado, Ban ha expresado sus "sentidas condolencias" a las familias de las víctimas y al Gobierno y el pueblo de Túnez, al tiempo que ha recalcado el compromiso de la ONU con la lucha antiterrorista y "los trabajos para preservar las ganancias de la revolución".
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, ha mostrado igualmente sus condolencias a las familias de las víctimas y ha aplaudido la "rápida y valiente" respuesta de las fuerzas de seguridad.
"Compartimos las preocupaciones de los tunecinos sobre las actividades extremistas, ya sean internas o externas, y sobre la amenaza que supone sobre la estabilidad y la prosperidad del país", ha recalcado.
Los enfrentamientos comenzaron cuando un grupo de milicianos supuestamente llegado desde Libia atacó un puesto de control de la Policía tunecina y un cuartel del Ejército. Los incidentes han terminado con 53 muertos --siete civiles, once miembros de las fuerzas de seguridad y 35 terroristas--.
El primer ministro de Túnez, Habib Essid, ha asegurado que el ataque tenía como objetivo establecer "un emirato del Estado Islámico" en la región, asegurando que los terroristas pretendían desestabilizar el sistema de seguridad del país.
Más de 3.000 tunecinos se han sumado a la lucha del Estado Islámico en Siria y en Irak, lo que ha hecho saltar todas las alarmas en Túnez ante la posibilidad de un retorno que tendría, como paso intermedio, la caótica Libia.
Milicianos islamistas entrenados en Libia han perpetrado varios ataques en territorio tunecino en 2015, por lo que el Gobierno ha decidido reforzar la seguridad en la zona fronteriza.