MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas y Estados Unidos han condenado este lunes el atentado suicida perpetrado durante la jornada en una mezquita chií de la capital de Afganistán, Kabul, que se ha saldado con al menos 32 muertos.
En su comunicado, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha resaltado que "los ataques contra civiles que ejercen su derecho a practicar su religión son una clara violación de los Derechos Humanos fundamentales".
Asimismo, ha expresado sus "profundas condolencias" a los familiares de las víctimas y ha expresado su solidaridad con el pueblo y el Gobierno de Afganistán.
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha condenado también el atentado, que ha tildado de "atrocidad".
El jefe interino de la misión, Pernille Kardel, ha expresado "la repulsa de la UNAMA ante este último intento de los extremistas de azuzar la violencia sectaria en Afganistán".
"La tolerancia religiosa y étnica son valores que el pueblo afgano defiende con firmeza y pido a las autoridades que hagan todo lo posible para defender a los afganos de todas las fes", ha remachado.
Por su parte, la Casa Blanca ha condenado "firmemente" el atentado, que ha tildado de "cobarde", apuntando que "el objetivo era azuzar las tensiones sectarias en Afganistán".
"Expresamos nuestras profundas condolencias a las familias y amigos de las víctimas y apoyamos los esfuerzos para llevar a los responsables ante la Justicia", ha dicho el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Ned Price.
En este sentido, el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, se ha sumado a las condenas, agregando que Washington "permanecerá junto al pueblo de Afganistán para construir un futuro seguro, pacífico, próspero y libre de violencia sectaria para el país".
El atentado, ejecutado en la mezquita de Baqir-ul-Olum, en el oeste de Kabul, ha sido reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico. Horas antes, los talibán rechazaron cualquier implicación en el mismo.
En octubre, otro ataque de Estado Islámico acabó con la vida de al menos 18 personas y dejó 36 heridos en el templo de Saji en la capital afgana. Ese atentado fue perpetrado por varios hombres armados cuando cientos de personas estaban participando en el rito de la Ashura.
En julio de 2016, Estado Islámico reivindicó la autoría de otro atentado que acabó con la vida de 85 personas y dejó decenas de heridos en una manifestación de la comunidad hazara --perteneciente al chiísmo-- en Kabul.