MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y el Departamento de Estado de Estados Unidos han reclamado este jueves una "pausa humanitaria" en el conflicto en Yemen hasta el fin del mes del Ramadán, el 17 de julio.
Ban ha instado a las partes en conflicto a acordar una pausa "para que pueda entregarse asistencia vital a la población que la precisa en todo el territorio yemení", según ha informado la ONU a través de un comunicado.
En el mismo, el secretario general del organismo ha recordado que en los últimos tres meses han muerto unas 3.000 personas, la mitad de ellas civiles, y que otras 14.000 han resultado heridas.
Asimismo, ha subrayado que se han registrado desplazamientos masivos de población, en un país en el que alrededor de 21 millones de personas necesitan ayuda básica, que incluye alimentos y suministros médicos.
Ban ha apuntado que, pese a los esfuerzos internacionales, las agencias humanitarias sólo han podido entregar ayuda a 4,4 millones de personas, recalcando que "las partes deben cumplir con la obligación de proteger a los civiles y permitir el acceso de asistencia humanitaria".
Por su parte, el Departamento de Estado ha sostenido que la citada pausa "permitiría a las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria entregar comida, medicinas y combustible a los ciudadanos", tal y como ha recogido la agencia británica de noticias Reuters.
LA OPERACIÓN INTERNACIONAL
Arabia Saudí asumió hace más de tres meses el liderazgo de la 'Operación Tormenta Definitiva', con la que, junto a una decena de países árabes, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Qatar, Kuwait, Egipto y Marruecos, para evitar los avances de los rebeldes huthis en el país.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas internas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron al presidente, Abdo Rabbu Mansur Hadi, y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.