MADRID 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
Naciones Unidas ha elevado este lunes a 54.000 los desplazados internos a causa de las operaciones de las fuerzas de seguridad de Irak contra el grupo yihadista Estado Islámico en la ciudad de Mosul.
"Esto supone un incremento de 6.600 personas desde el 11 de noviembre", ha detallado el viceportavoz de la Secretaría General de la ONU, Farhan Haq.
Así, ha indicado que cerca del 75 por ciento de las familias desplazadas se encuentran en campamentos, mientras que el otro 25 por ciento reside en comunidades de acogida.
Las palabras de Haq han llegado horas después de que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) informara de que ha dado asistencia alimentaria a más de 100.000 personas que huyen del conflicto en Mosul, de las cuales 25.000 son de Gogjali, el primer barrio liberado de la ciudad.
El PMA ha prestado asistencia alimentaria donde le ha sido posible, no sólo en los nuevos campamentos sino también en las casas y comunidades de acogida donde se refugian miles de familias.
"Estamos distribuyendo alimentos a familias que lo necesitan, da igual si están en los campamentos o en sus casas o en los barrios vecinos. Todas estas personas han sido forzadas a abandonar sus hogares. Es nuestro deber asegurar que los alimentos no son una preocupación más en estos momentos tan difíciles", señaló la directora del PMA en Irak, Sally Haydock.
El PMA tiene fuera de Mosul suficientes raciones de respuesta inmediata para 2,1 millones de personas para tres días y cuenta a medio plazo con casi medio millón de raciones alimentarias suficientes para 2,5 millones de personas durante un mes. Estas raciones contienen alimentos básicos como arroz, harina de trigo, garbanzos, aceite vegetal, azúcar y sal.
El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, ordenó el 17 de octubre el inicio de las operaciones para recuperar Mosul. El grupo yihadista controla la ciudad desde verano de 2014 y la ha convertido en la capital iraquí de su proclamado califato.
Con cerca de dos millones de personas antes de que comenzaran los enfrentamientos, la ciudad constituye una zona de vital importancia para los milicianos en Irak. No obstante, el Gobierno teme que el asalto a la urbe provoque un éxodo masivo de civiles.