MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha señalado este viernes que espera que la condena de cadena perpetua al antiguo 'señor de la guerra' Amadé Ouérémi por su papel en las matanzas llevadas a cabo en marzo de 2011 en la ciudad de Duékoué, en el oeste de Costa de Marfil, "marque el comienzo de un proceso para llevar ante la justicia a todos los perpetradores de este horrible crimen".
Así lo ha señalado su portavoz, Stéphane Dujarric, que ha incidido en que el secretario general insta a todas lar partes interesadas de Costa de Marfil "a que prosigan sus esfuerzos para promover la reconciliación nacional y promover la cohesión social".
Un tribunal de Costa de Marfil ha condenado a cadena perpetua a Ouérémi por su papel en las matanzas, que se llevaron a cabo en el marco de la guerra civil que estalló en el país africano tras las elecciones de 2010.
Ouérémi ha sido imputado por crímenes de guerra, entre ellos secuestros, violaciones, asesinatos y saqueos, cometidos durante las masacres en dicha ciudad después de que fuera tomada por milicianos favorables al entonces opositor y actual presidente del país, Alassane Ouattara.
Asimismo, el tribunal le ha condenado al pago de 2.000 millones de francos centroafricanos (unos tres millones de euros) en concepto de reparaciones a las víctimas de estos sucesos, que dejaron más de 250 muertos, según el balance oficial. Sin embargo, Naciones Unidas habla de más de 300 víctimas, mientras que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) afirma que más de 800 fueron asesinadas en un día.
La zona occidental de Costa de Marfil fue una de las más afectadas durante la crisis post electoral entre 2010 y 2011, que derivó de la negativa del entonces presidente, Laurent Gbagbo, de reconocer su derrota frente a Ouattara. Los combates se saldaron con la muerte de cerca de 3.000 personas.
En concreto, la toma de Duékoué por parte de las milicias favorables a Ouattara desencadenó la matanza de miembros de la comunidad guéré, mayoritariamente favorable a Gbagbo, a manos de estos grupos, principalmente llegados del norte del país y miembros de otras comunidades del país.
El propio Gbagbo ha sido absuelto por el Tribunal Penal Internacional (TPI) de los crímenes de guerra que se le imputaron tras el conflicto.