MADRID, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
El jefe de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), David Shearer, ha expresado este miércoles su preocupación por la situación en un orfanato cerca de la ciudad sursudanesa de Torit, situada al sur de la capital, Yuba, debido a la toma de posiciones del Ejército y los rebeldes en los alrededores.
"Es inaceptable que 250 niños inocentes, y las personas que cuidan de ellos, se encuentren en tierra de nadie entre partes en conflicto", ha resaltado. Así, ha lamentado que las peticiones de la UNMISS para llegar al centro hayan sido negadas "sobre el terreno".
Las fuerzas gubernamentales dieron permiso a la UNMISS para enviar 'cascos azules' al orfanato durante la jornada del lunes, sin que se haya producido aún el despliegue. "Espero que pase hoy", ha destacado.
En este sentido, ha desvelado que un grupo de 'cascos azules' nepalíes han sido enviados también a la base de la ONU en Torit para proteger a los civiles.
"El número de patrullas que podemos llevar a cabo en la ciudad se incrementará con los 'cascos azules' adicionales. Así, debería haber más seguridad y confianza", ha valorado.
Por otra parte, Shearer ha mostrado su "gran preocupación" por la huida de miles de civiles sursudanesas hacia Etiopía ante el avance de las tropas gubernamentales hacia un bastión rebelde en la región de Nilo Superior.
En su comunicado, ha resaltado que los informes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) "sugieren que las fuerzas gubernamentales se acercan a la ciudad de Maiwut, 25 kilómetros al noroeste de Pagak".
"Estoy muy preocupado por esta situación", ha dicho, indicando que este avance militar del Ejército "no va en línea con el espíritu del alto el fuego unilateral" declarado en mayo por el Gobierno del país africano.
Asimismo, ha confirmado que ha habido "actividades militares activas" al norte de la ciudad de Pagak, añadiendo que al menos 25 trabajadores humanitarios han sido evacuados de la zona debido a la inseguridad.
Sudán del Sur vive sumido en una guerra civil desde diciembre de 2013 que enfrenta a los partidarios del presidente, Salva Kiir, de etnia dinka, con las fuerzas leales al exvicepresidente y líder rebelde, Riek Machar, de etnia nuer.
La guerra ha dejado hasta el momento cerca de 50.000 muertos, más de dos millones de desplazados internos y otro millón adicional refugiado en países vecinos como Kenia, Sudán y Uganda, donde la población ha escapado tanto de los combates entre las fuerzas armadas de ambos bandos como de las masacres locales que están perpetrando las etnias dinka y nuer.
Naciones Unidas ha alertado en varias ocasiones de la posibilidad de un genocidio en el país, debido al cariz étnico que parece estar tomando el conflicto.