RANGÚN, 16 Mar. (Reuters/EP) -
El líder de la comisión de Naciones Unidas para frenar los abusos contra los Derechos Humanos en el estado birmano de Rajine, Kofi Annan, ha instado este jueves a las autoridades de Birmania a permitir el regreso de los musulmanes rohingya a sus hogares y a cerrar los campos de desplazados en el oeste de Rajine.
Más de 120.000 personas, la mayoría rohingyas, viven en refugios temporales para desplazados internos desde que se produjo una escalada de violencia en el estado de Rajine hace casi cinco años. "Ya es hora de que cierren los campos y permitan que estas personas se muevan libremente, especialmente aquellas que han pasado por un proceso de verificación de la nacionalidad", ha indicado Annan.
El regreso a casa de cientos de personas debe producirse de "forma inmediata, como un gesto de buena voluntad", ha añadido. La comisión de la ONU ha instado a la consejera de Estado del país, Aung San Suu Kyi, a reconsiderar el sistema de verificación de la nacionalidad de los rohingya y empezar a delimitar las restricciones de movimiento tanto de los musulmanes rohingya como de los ciudadanos budistas de Rajine.
La comisión, que está formada por nueve personas y deberá hallar una solución a la situación de los rohingya de cara al próximo año, ha señalado que la investigación sobre las medidas llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad en el norte del estado de Rajine debe ser "independiente e imparcial".
"Hemos hecho una serie de recomendaciones que pueden implementarse ahora y propiciar así una mejora de la situación", ha manifestado Anna, que espera que el Gobierno actúe lo antes posible para "frenar el deterioro de las relaciones entre las autoridades del país y la comunidad musulmana en Rajine".
Al menos 92.000 personas de la comunidad rohingya de Birmania se han visto obligadas a abandonar sus viviendas desde que estalló la crisis en el estado de Rajine el pasado 9 de octubre, según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas.
Cerca de 1,1 millones de musulmanes rohingya carecen de nacionalidad en Birmania, donde sus movimientos están restringidos. La comisión ha indicado que el Gobierno debe registrar a los musulmanes nacidos en la zona desde 2012. "No es normal que un recién nacido no tenga un certificado de nacimiento", ha señalado Ghassan Salame, miembro de la comisión.