GINEBRA 17 Nov. (Reuters/EP) -
La relatora especial de la ONU, Leilani Farha, ha instado este jueves al Gobierno de Nigeria a ofrecer información sobre el desalojo forzoso de miles de personas de sus viviendas provisionales en la ciudad de Lagos, donde las autoridades podrían estar incurriendo en una serie de violaciones de los Derechos Humanos.
Los residentes, junto a varios grupos de defensa de los Derechos Humanos, han indicado que al menos 30.000 personas en el barrio de Lekki han sido obligadas a abandonar sus viviendas fabricadas con bambú de forma ilegal, a pesar de que un tribunal del país ordenó que no se llevaran a cabo los desalojos.
En agosto, el Gobierno instó a aquellos residentes de Lekki que no tuvieran un permiso de vivienda a desplazarse a otras zonas del país para poder demoler las chabolas en las que vivían, que según las fuerzas de seguridad se han convertido en un foco de inseguridad debido a la presencia de bandas criminales.
"Algunas personas han denunciado que los desalojos se han producido haciendo un uso extremo de la violencia por parte de la Policía nigeriana, que habría sacado de sus casas a individuos y familias completas en mitad de la noche", ha indicado Farha.
"Lo que hace esto particularmente preocupante es que estas situaciones se han llevado a cabo contradiciendo una orden judicial e ignorando las pautas dadas por las organizaciones de Derechos Humanos a nivel internacional", ha añadido Farha, que ha exigido que se presente información sobre el método utilizado para llevar a cabo los desalojos.
La Policía de Lagos ha negado haber destruido las viviendas y ha señalado que han detenido a varias personas por haberles prendido fuego. La semana pasada, Amnistía Internacional hizo un llamamiento al Gobierno nigeriano para que cancelara los planes de demolición de los asentamientos ilegales.
Las chabolas son comunes en las zonas más pobres de Lagos, una ciudad con unos 23 millones de habitantes. Según la ONU, la población de Nigeria continuará aumentando hasta alcanzar los 400 millones de personas de cara a 2050, lo que convertiría al país en la tercera nación más poblada del mundo.