MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Hans Grundberg, ha mostrado preocupación por la actividad militar en el país, particularmente alrededor de la ciudad de Marib, y ha advertido de que la responsabilidad del acuerdo de alto el fuego recae en las partes firmantes.
"Estamos trabajando en un mecanismo de coordinación con las partes para mantener abiertos los canales de comunicación y ayudarlos a prevenir, reducir y gestionar incidentes. Esperamos que esto fortalezca la tregua. Pero Naciones Unidas no están monitoreando y la responsabilidad recae en las propias partes", ha asegurado.
La insurgencia huthi acusó este domingo a Arabia Saudí de romper el alto el fuego en vigor en Yemen con un bombardeo en la provincia de Sada que dejó al menos tres fallecidos y con nuevos ataques en la ciudad portuaria de Hodeida.
Las fuerzas huthis, además, denunciaron ataques en Marib, Jauf y Amran, y la deteccion de "aviones espía" en esta ciudad y en otras zonas como Jauf, Haya, Sada, Amran, y Al Dhale, según un comunicado recogido por el portal de noticias yemení Saba.
"Los altos el fuego rara vez se mantienen si no están respaldados por el progreso en la vía política. Y creo que los yemeníes están unidos en su deseo de que la tregua se mantenga, renueve y consolide como un paso hacia la paz", ha dicho Grundberg.
"El Gobierno de Yemen lanzó dos barcos de combustible en vísperas de la tregua, el viernes, como una señal de buena voluntad muy bienvenida. Dos barcos de combustible más fueron lanzados hoy. Espero que veamos una entrada regular de combustible en los puertos", ha agregado.
Además, ha informado de la preparación de una reunión de cara a abrir las carreteras en Taiz y ha asegurado que "están en marcha los preparativos para el primer vuelo comercial que despegará de Saná", según un comunicado de la oficina del enviado especial a Yemen.
Este acuerdo de alto el fuego, tal y como ha explicado, incluye la entrada de 18 barcos de combustible a los puertos de Hodeida, la operación de dos vuelos comerciales a la semana dentro y fuera del aeropuerto de Saná, y una reunión entre las partes para acordar la apertura de carreteras en Taiz y otras partes del país.