MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Ismail Uld Cheij Ahmed, ha abogado este jueves por "un nuevo consenso político" en Yemen tras el inicio de Kuwait de las conversaciones de paz, destinadas a poner fin al conflicto.
"Las consultas deben generar una base firme para un nuevo consenso político que ayude a Yemen a lograr la estabilidad y la seguridad que su gente merece y su futuro requere", ha indicado Cheij Ahmed en un comunicado.
En el mismo, ha resaltado que "el camino a la paz puede ser difícil", destacando que "pese a ello, está al alcance si todas las partes participan (en las conversaciones) de buena fe.
Asimismo, Cheij Ahmed ha subrayado que "el éxito del acuerdo de cese de hostilidades y de las conversaciones requerirá un apoyo consistente y coherente por parte de (los países de) la región, así como de la comunidad internacional".
"Pido a las delegaciones que trabajen unidas para superar sus diferencias y desarrollar soluciones de compromisos sustentadas en el marco de la resolución 2216 del Consejo de Seguridad (de Naciones Unidas)", ha remachado.
Por último, ha apuntado que "si bien es imposible dar marcha atrás en el reloj y cambiar el pasado, se puede mirar al futuro y mejorar el presente". "Vuestras posiciones políticas os hacen responsables del presente y el futuro de los yemeníes", ha dicho a los participantes en el proceso, reclamándoles que "elijan la paz".
LAS CONVERSACIONES DE PAZ
Estaba previsto que el diálogo de paz, auspiciado por Naciones Unidas, comenzara el pasado lunes, pero no fue posible porque las delegaciones de los huthis y del partido del expresidente Alí Abdulá Salé, que les apoya, no habían viajado a Kuwait.
Estas negociaciones forman parte de un acuerdo entre las partes que incluye también un alto el fuego que comenzó el pasado 10 de abril y que, según han denunciado ambos bandos, no se ha respetado del todo.
La guerra en Yemen empezó el 26 de marzo de 2015, cuando Arabia Saudí y sus aliados regionales lanzaron la 'Operación Tormenta Definitiva', con la intención declarada de "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra en Siria.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Salé, en 2011, se agravó en septiembre de 2014 con la irrupción en la capital, Saná, de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque y huir a Riad, evidenciando así la pugna por el control del país más pobre del Golfo.