MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de expertos independientes de Naciones Unidas han reclamado este martes a las autoridades de Arabia Saudí que suspendan la ejecución de un hombre condenado a muerte por un crimen que presuntamente cometió cuando era menor de edad.
En su comunicado, han indicado que Alí Mohamed al Nimr fue detenido en 2012 cuando tenía 17 años de edad por su participación en las protestas en el marco de la 'Primavera Árabe' en la localidad de Qatif, en la Provincia Oriental.
En mayo de 2015, un tribunal le condenó a muerte por unirse a un "grupo criminal" y llevar a cabo ataques contra la Policía. Los expertos de la ONU han indicado que Al Nimr habría sido torturado para que confesara.
"Las confesiones obtenidas bajo tortura son inaceptables y no pueden ser utilizadas como prueba ante un tribunal. Cualquier juicio que imponga la pena de muerte a personas menores de edad en el momento de su crimen es incompatible con las obligaciones internacionales de Arabia Saudí", han subrayado.
"Al Nimr no recibió un juicio justo y su abogado no pudo asistirle de forma adecuada, ya que se le impidió acceso a los documentos del caso", han apuntado, reclamando a Riad que "detengan la ejecución y garanticen que se repite el juicio con todas las garantías".
Por otra parte, han solicitado a las autoridades del país árabe que impongan una moratoria al uso de la pena de muerte, a la ejecución de personas menores de edad en el momento en el que cometieron el delito, y que investiguen las presuntas torturas sufridas bajo detención.
El número de ejecuciones en el país se ha incrementado drásticamente tras el ascenso al trono del rey Salman tras la muerte en enero de Abdalá bin Abdelaziz. En lo que va de año la cifra ronda las 125, por encima de las cerca de 90 registradas en todo 2014.
El reino se encuentra entre los cinco países del mundo que dicta más condenas a muerte, según los grupos de Derechos Humanos. De acuerdo con los últimos informes de Amnistía Internacional, en 2014 ocupaba el tercer puesto, solo por detrás de China e Irán.
Delitos como la violación, el asesinato, la apostasía, el robo a mano armada y el tráfico de drogas pueden ser castigados con pena de muerte, si bien varias personas han sido ejecutadas también bajo la acusación de brujería.