MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
La relatora especial de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Yanghee Lee, que ha venido denunciando durante los últimos meses la situación en la que se encuentra la minoría musulmana rohingya en Birmania, ha asegurado que presionará para que la ONU abra una investigación en torno a esta situación.
Si bien las últimas declaraciones de Naciones Unidas se han enfocado en denunciar y condenar la situación a la que se han visto abocados los rohingya, que huyen en masa hacia la vecina Bangladesh para escapar de la violencia en el estado de Rajine, esta es la primera ocasión en que un alto cargo de Naciones Unidas baraja la posibilidad de que la propia organización sea la que investigue el caso.
Lee, que presentará el próximo 13 de marzo en Ginebra su informe sobre Birmania, ha asegurado a la agencia de noticias IRIN que buscará que los estados miembros patrocinen una resolución para que se establezca una comisión de investigación.
"Nunca hasta ahora le he dicho a un periodista lo que tengo previsto poner en mi agenda", ha explicado, en una entrevista telefónica. "Ahora sí es el momento de hacerlo: y, realmente, voy a presionar para que se haga una investigación en torno a la situación de los rohingya", ha explicado.
La semana pasada, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Raad Al Husein, acusó sin paliativos al Ejército de Birmania de cometer una serie de atrocidades contra la población de la minoría musulmana rohingya, desde violaciones en masa hasta la ejecución de bebés, en el marco de la persecución que el Gobierno birmano ha acelerado el pasado mes de octubre y que podría tratarse de un "crimen contra la Humanidad".
Según los informes de testigos que baraja Al Husein, el Ejército birmano es responsable del "asesinato de bebés, niños, mujeres y ancianos, tiroteos indiscriminados contra civiles a la huida, quemar pueblos enteros, detenciones masivas, violaciones y abusos sexuales sistemáticos y en masa, así como la destrucción deliberada de fuentes de alimentos".
Naciones Unidas ha recabado las declaraciones de más de 200 personas que han conseguido escapar del asedio del Ejército de Birmania. La inmensa mayoría de los entrevistados han sido testigos de algún acto de brutalidad. Más de la mitad de las 101 mujeres consultadas ha declarado haber sido objeto de abusos o violaciones y, en general, todos describen actos de una violencia inusitada.
La rohingya es una de las minorías más perseguidas del mundo. Desde 1978, los rohingya han ido llegando a Bangladesh en varias oleadas, huyendo de la represión en su Birmania natal.
Según el departamento de la Comisaría de Repatriación de Refugiados Rohingya (CRRR), cerca de 250.000 rohingya entraron en Bangladesh en 1978 huyendo de la 'Operación Dragón' llevada a cabo por el Gobierno birmano, una operación cuyo objetivo era evaluar la situación de los habitantes en zonas fronterizas y tomar medidas contra los extranjeros que habían entrado de forma ilegal en el país.
Esta operación acabó con la expulsión y detención masiva de rohingya, a los que no se consideraban ciudadanos. Entre 1991 y 1992 la ola fue similar: otros 250.000 musulmanes entraron a Bangladesh a través de las fronteras de Cox's Bazar y Bandarban, donde el Gobierno levantó 21 campamentos temporales para ellos.