MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Bután han confirmado apenas 1.200 contagios de coronavirus y un solo paciente fallecido desde el inicio de la pandemia, un ejemplo de cómo las normas de distanciamiento social y las cuarentenas pueden frenar el virus. Además, han logrado vacunar en apenas dos semanas a toda la población a pesar de la dificultad logística que supone la distribución en un país pobre y muy montañoso.
"Bután es un país ejemplar en el mundo en la forma en que responde al COVID-19. Hicimos la vacunación de toda la población elegible de más de 530.000 personas. La primera dosis fue un regalo de la India, de la vacuna AstraZeneca. Y la ONU ayudó con la promoción y el apoyo de la cadena de frío", ha explicado el representante de la ONU en Bután, Gerald Daly, en una entrevista con Noticias ONU.
En particular, Daly ha destacado la "buena sensibilización" de los apenas 800.000 habitantes del país y también la colaboración de un equipo de voluntarios que han facilitado el traslado de la vacuna a veces a pie entre aldea y aldea, entre el hielo y la nieve.
"Existe un compromiso real con el distanciamiento social. Las autoridades del país junto con la ONU nos hemos asegurado de que se proporcionen equipos de protección personal en todas partes. Nos aseguramos de que las reuniones se mantengan muy, muy bajas. Y siempre que hay pequeños brotes de transmisión, se bloquean esas áreas específicas", ha explicado Daly. Dependiendo de la gravedad de esa situación, el cierre puede durar siete, diez o 21 días.
Sin embargo, el impacto económico ha sido muy duro: ha aumentado el desempleo y una disminuido las exportaciones y el déficit fiscal se ha elevado poco más del 7 por ciento del PIB, y la tasa de desempleo ha alcanzado un 14 por ciento. Además, Bután, depende significativamente del turismo y se espera que la recuperación del sector turístico sea lenta.