MADRID, 16 May. (EUROPA PRESS) -
El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Ismail Uld Cheij Ahmed, ha presentado este domingo a las delegaciones negociadoras para la paz en Yemen su visión de un posible acuerdo para poner fin al conflicto.
Así, y tras destacar la "responsabilidad histórica" de adoptar una decisión "clave" para acabar con la guerra, Cheij Ahmed ha pedido a las partes que hagan concesiones para lograr la paz, según ha informado la agencia estatal kuwaití de noticias, KUNA.
Cheij Ahmed ha recalcado que tanto la comunidad internacional como Kuwait --que acoge las conversaciones-- están dando apoyo logístico y político al proceso, subrayando que se trata de "una oportunidad sin precedentes" para alcanzar compromisos.
"Alcanzar compromisos no es un acto extraño, lo que es extraño en insistir en no resolver esta disputa", ha valorado, añadiendo que "la pelota está en el tejado de los participantes, que deben escuchar los millones de voces que piden la paz en su país".
El enviado especial de la ONU ha resaltado que en los últimos días se han discutido numerosos temas, entre ellos el reinicio del diálogo político en Yemen y la creación de mecanismos para restaurar las instituciones estatales.
Más de 6.200 personas han muerto en este año de guerra entre el Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, apoyado por una coalición internacional liderada por Arabia Saudí, y los huthis, que cuentan con el respaldo de las fuerzas militares leales al expresiedente Alí Abdulá Salé.
La guerra en Yemen empezó el 26 de marzo de 2015, cuando Arabia Saudí y sus aliados regionales lanzaron la 'Operación Tormenta Definitiva', con la intención declarada de "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra en Siria.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Salé, en 2011, se agravó en septiembre de 2014 con la irrupción en la capital, Saná, de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque y huir a Riad, evidenciando así la pugna por el control del país más pobre del Golfo.