Soldados de la ONU en la República Democrática del Congo
STRINGER . / REUTERS
Actualizado: miércoles, 26 agosto 2015 21:26


KINSHASA, 26 Ago. (Reuters/EP) -

La Misión de la ONU en República Democrática del Congo (MONUSCO) se ha visto obligada este miércoles a recortar las raciones de comida a 6.800 exrebeldes y a sus familias, que se encuentran en un limbo en campamentos gubernamentales, culpando a la escasez de fondos y pidiendo al Estado que intervenga.

El anuncio ha resaltado la difícil situación de miles de excombatientes y de sus familiares atrapados en precarias condiciones en campamentos de desmovilización durante años, en medio de una serie de conflictos. En octubre de 2014, la organización Human Rights Watch advirtió de que más de 100 personas murieron de hambre y enfermedades en uno de los campos a causa de la negligencia del Gobierno.

La MONUSCO ha alertado de que no tiene fondos para continuar alimentando a los habitantes y que se necesita hacer algo para resolver el grave problema y hacer que los exrebeldes vuelvan a sus hogares. "No tenemos dinero", ha afirmado el jefe de la misión, Martin Kobler. "Nos cuesta 2 millones de dólares (1,7 millones de euros) al mes. No es nuestra tarea. No es nuestra obligación. El Gobierno debe asumir la responsabilidad", ha añadido.

En ocasiones anteriores, el Ejecutivo ha señalado la dificultad de abastecer los alejados campamentos y ha acusado a las potencias mundiales de no darle la suficiente ayuda. El Ministerio de Defensa recientemente pidió 1,5 millones de dólares (1,3 millones de euros) para alimentar a las personas que se encuentran en los campamentos, según ha informado el jefe de desmovilización, desarme y reinserción de la MONUSCO, Taz Greyling.

Los habitantes del campamento son miembros de varios grupos rebeldes, muchos de RDC, pero otros de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), una fuerza que incluye milicias hutus acusadas de estar implicadas en el genocidio del país vecino en 1994.

Los analistas han afirmado que los comandantes de las FDLR han tenido mucho interés en mantener a sus combatientes en República Democrática del Congo para evitar tener que volver a Ruanda y enfrentarse a posibles arrestos y a la persecución.

COMO MEDIDA DE PRESIÓN

La MONUSCO ha explicado que los líderes rebeldes han ordenado a algunos adultos y a algunos niños que se queden en los campamentos para intentar mantener la presencia en la región, ya que el recorte a las ayudas podría llevarlos a dejar que la gente volviese a sus hogares. "Esperamos que las FDLR les dejen y tengan la oportunidad de una vida normal", ha afirmado Greyling.

El director ejecutivo de la Asociación Congoleña por el Respeto de los Derechos Humanos, Junior Safari, ha comentado en la ciudad de Kisangani, donde cientos de excombatientes de las FDLR y sus familias están alojados, que la decisión de la MONUSCO forzará a los combatientes a dejar vivir libres a la población. "Ahora, van a tener que arreglárselas por su cuenta", ha afirmado. "Van a crear pánico e inseguridad entre la población", ha concluido.

Las FDLR se presentan a sí mismas como defensoras de los refugiados hutus en República Democrática del Congo, un país azotado por casi dos décadas de conflicto, alimentado por la competición sobre los amplios recursos minerales.

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