MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, ha remarcado este miércoles el papel "clave" de los relatores independientes que vigilan temas de Derechos Humanos en todo el mundo, después de que los talibán hayan notificado de manera "informal" al relator para Afganistán, Richard Bennett, que no le dejarían entrar en el país.
"El mandato de los relatores especiales, que son completamente independientes del secretario general (António Guterres), son una parte clave de la arquitectura de los Derechos Humanos. (...) Este es un buen momento para recordar a la gente que la situación de Derechos Humanos en Afganistán, especialmente de las mujeres y niñas, sigue siendo motivo de gran preocupación para nosotros y la comunidad internacional", ha declarado en rueda de prensa.
No obstante, ha señalado que ya se han dado otros casos en los que los relatores especiales no tienen acceso a las áreas que le competen y que esto "no impide que sigan emitiendo informes y encontrando otras vías".
Bennet, por su parte, ha visto en esta prohibición "una señal preocupante" por parte del régimen integrista sobre el cumplimiento de las obligaciones internacionales y ha defendido que siempre ha trabajado de manera transparente e independiente con vistas a ofrecer recomendaciones para que la situación pueda mejorar en Afganistán.
"Cuando hay diferentes puntos de vista, el diálogo constructivo es la respuesta", ha señalado el relator, que ha instado a los talibán a revertir la medida. En este sentido, ha dejado claro que sigue dispuesto a viajar a Afganistán, país al que accedió por última vez hace más de un año.
Pese a todo, "sigo comprometido con la población de Afganistán y con el apoyo de un país estable, inclusivo y próspero en paz consigo mismo y con sus vecinos", ha añadido Bennett. Justo la semana pasada se cumplieron tres años desde la vuelta de los talibán al poder.
El rechazo generalizado a las actuales autoridades afganas también ha obligado a las organizaciones humanitarias a hacer equilibrios para no abandonar a la población, en un país donde 23,7 millones de personas, más de la mitad de los ciudadanos, necesita ayuda humanitaria, según datos de la ONU.