NUEVA YORK 6 Jul. (Reuters/EP) -
Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW, en sus siglas en inglés) tienen previsto culminar antes de octubre la investigación que tiene como objetivo averiguar quién fue el responsable del ataque con gas sarín que se produjo en Siria el pasado mes de abril.
Edmond Mulet, jefe de la investigación, ha reclamado a los países que integran el Consejo de Seguridad de la ONU que se permita trabajar a los investigadores con libertad sin acusar directamente a ningún país de interferir en las pesquisas. Sin embargo, fuentes diplomáticas señalan a Rusia como causante de presiones sobre la miembros que forman parte de la investigación. "Recibimos mensajes directos e indirectos en todo momento, de muchas partes, que nos dicen cómo hacer nuestro trabajo", ha lamentado Mulet después de su comparecencia.
Siria y Rusia han cuestionado públicamente las pesquisas, impulsadas por el Consejo de Seguridad desde 2015, y han defendido que las conclusiones no son vinculantes.
Las investigaciones han culpado hasta el momento a Siria por tres ataques con cloro en 2014 y 2015 y al Estado islámico por la utilización de gas mostaza en 2015. En respuesta a estas conclusiones las potencias occidentales trataron de imponer sanciones a Siria pero esta medida fue bloqueada por Rusia y China. El Gobierno sirio ha negado en varias ocasiones haber utilizado armas químicas y acordó destruir sus arsenales en 2013 bajo un acuerdo negociado por Rusia y Estados Unidos.
Los investigadores están examinando dos casos: la exposición de dos mujeres sirias al gas mostaza en un ataque en Alepo en septiembre y un ataque de con gas sarín en la ciudad de Jan Sheijún en abril que provocó que Estados Unidos disparara misiles sobre una base aérea del Ejercito sirio desde la que se habría lanzado el ataque químico.