MADRID 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
La representante especial de Naciones Unidas en Sudán del Sur, Ellen Maregrethe Loj, ha alertado este jueves de que el país corre el riesgo de volver a verse inmerso en una guerra civil a gran escala.
En declaraciones ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Loj ha apuntado que el deterioro de la economía y el conflicto cada vez más fragmentado, caracterizado por las confrontaciones étnicas, han puesto al país al borde de esa situación.
Así, y tras resaltar que una mayor división "haría imposible la cohesión nacional", ha reclamado al Gobierno de transición que haga más esfuerzos para poner fin a los incidentes de seguridad.
"Las armas deben ser silenciadas para evitar que el sufrimiento del pueblo se haga cada vez más grave", ha señalado durante su comparecencia ante el organismo.
"También debemos hacer mayores esfuerzos para detener el creciente número de conflictos localizados, la retórica de intolerancia étnica y la incitación a la violencia", ha remachado.
Asimismo, ha destacado que la situación de seguridad en el país, y especialmente en los estados de Ecuatoria, Unidad, Bahr el Ghazal Occidental, es "volátil", con "ataques frecuentes" contra civiles.
Respecto a la situación humanitaria, Loj ha afirmado que es "dura", con 4,8 millones de personas en inestabilidad alimentaria.
"Nuestros colegas de las agencias humanitarias hacen lo que pueden para llegar a los necesitados, pero siguen haciendo frente a obstáculos a nivel de movimiento, procedimientos burocráticos y criminalidad", ha remachado.
Loj, quien también es jefa de la misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), anunció en octubre que abandonaría el cargo a finales de este mes.
Loj, que encabezó la misión de la ONU en Liberia entre 2008 y 2012, fue puesta al frente de la UNMISS en julio de 2014 y asumió sus funciones en septiembre de ese año.
EL REPUNTE DEL CONFLICTO
La violencia ha ido en aumento en el que es el país más joven de África desde julio de 2016, cuando se retomaron los combates entre las fuerzas leales al presidente, Salva Kiir, y los combatientes leales al exvicepresidente y líder rebelde, Riek Machar.
Machar huyó de Sudán del Sur y se trasladó a Sudán --y después a Sudáfrica--, desde donde emplazó a sus fuerzas a reorganizarse para mantener una "resistencia armada" frente al Gobierno de Kiir.
La rivalidad entre Kiir, de etnia dinka, y Machar, que es nuer, se tradujo en un primer conflicto en diciembre de 2013, cuando el presidente del país decidió cesar a Machar como su número dos.
El conflicto entre los dos bandos terminó con un acuerdo de paz firmado en agosto de 2015 y que implicaba el regreso de Machar a para que volviera a ser nombrado vicepresidente del país, nombramiento que llegó en abril de 2016.
Sin embargo, las continuas violaciones del pacto y los graves combates de julio llevaron al cese de Machar, que fue relevado en el cargo por el general Taban Deng Gai.