MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las agencias de la ONU han intensificado sus esfuerzos para ayudar a miles de refugiados rohingya que se han quedado a la intemperie por el devastador incendio ocurrido el jueves en el campo de refugiados de Nayapara, en el sureste de Bangladesh.
El fuego estalló poco después de la pasada medianoche en el campo de refugiados de Nayapara en Cox's Bazar, el epicentro de la comunidad rohingya exiliada en Bangladesh tras escapar del Ejército birmano, y que destruyó alrededor de 550 refugios, 150 tiendas del mercadillo del campamento, además de edificios comunitarios, una mezquita, y centros de servicios a los refugiados.
Cerca de 3.500 refugiados rohingyas, incluidos niños, perdieron sus hogares y pertenencias en el incendio, en medio del invierno y la pandemia del coronavirus, según las estimaciones de las agencias de la ONU.
El fuego se habría iniciado en una de las casas en el bloque E y se habría propagado rápidamente por el campamento, especialmente debido a que la mayoría de los residentes usan bombonas de gas para cocinar. En torno a una treintena de personas acabaron heridas por quemaduras o intoxicación, aunque no hubo víctimas mortales que lamentar. El campamento de Nayapara alberga a unos 22.500 refugiados, de los cuales unos 17.800 son mujeres, niños y ancianos.
Ante esta situación, responsables de agencias de la ONU llevan en el lugar desde la madrugada del jueves al viernes para evaluar los daños y ayudar a los afectados.
"Estamos trabajando con nuestro gobierno y ONG asociadas, otras agencias de la ONU y refugiados rohingyas para ayudar a las personas que perdieron sus hogares y posesiones durante el terrible incendio de anoche en el campo de refugiados de Nayapara", ha explicado el responsable de la agencia para los refugiados, ACNUR, Marin Din Kajdomcaj.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) está proporcionando asistencia alimentaria de emergencia, incluidas comidas calientes a las familias necesitadas. Además, los socios humanitarios del Grupo de Coordinación Intersectorial (ISCG), la Media Luna Roja de Bangladesh y las ONG también están ayudando a los refugiados afectados por el incendio.
El Gobierno de Bangladesh inició en diciembre el traslado de miles de refugiados rohingyas de campamentos en Cox's Bazar a una isla en la bahía de Bengala, en el marco de un controvertido programa de reubicación debido a la situación vulnerable del lugar de los nuevos asentamientos.
Las autoridades aspiran a aliviar con este movimiento la presión sobre el distrito de Cox's Bazar, al que huyeron más de 700.000 rohingyas tras la ola represiva lanzada por el Ejército de Birmania en agosto de 2017. Esta zona alberga a más de un millón de refugiados.
Investigadores de Naciones Unidas concluyeron en 2018 que la campaña militar tuvo intención genocida atendiendo, entre otras razones, al lenguaje utilizado por las autoridades, la existencia de planes y políticas discriminatorias y de destrucción y la brutalidad de la campaña militar.
Los rohingyas son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en el estado birmano Rajine. Birmania les considera descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh y no les reconoce como ciudadanos, privándoles con ello de derechos básicos.