ÁMSTERDAM 8 Ene. (Reuters/EP) -
La Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés), órgano que supervisa la destrucción del arsenal tóxico de Siria, ha instado al presidente, Bashar al Assad, a que acelere sus esfuerzos en la entrega de los productos químicos que todavía quedan en el país.
Siria no ha cumplido el plazo para entregar la primera carga, con las sustancias de máxima toxicidad, programada para el 31 de diciembre. Finalmente, una embarcación de origen danés ha recogido la primera tanda de productos químicos este martes, con una semana de retraso.
El Gobierno sirio tendrá ahora hasta finales del mes de marzo para entregar los productos calificados de máxima prioridad, entre los que se encuentran 20 toneladas de gas mostaza, y hasta finales de junio para acabar completamente con su programa de armas químicas.
"Estamos pidiendo al Gobierno sirio que intensifique sus esfuerzos, para que así podamos acabar con la parte más crítica de esta misión tan rápido como las condiciones lo permitan", ha afirmado el portavoz de la OPCW, Michel Luhan.
"Estamos felices de ver que finalmente hay movimiento. Esperamos ver que ese movimiento siga, de forma regular, durante las próximas semanas, para que podamos sacar del país esos productos químicos lo más rápido posible", ha añadido.
Siria ha utilizado armamento químico en cinco de los siete ataques investigados por los expertos de Naciones Unidas en el país, donde la guerra civil que dura ya casi tres años ha acabado con la vida de más de 110.000 personas.
El ataque más grave tuvo lugar el pasado 21 de agosto, cuando cientos de personas perdieron la vida debido a un ataque con gas sarín en las afueras de la capital siria, Damasco. Este ataque provocó que Estados Unidos amenazara con usar fuerza militar contra el régimen de Al Assad, al que calificó como responsable del ataque.
DESTRUCCIÓN DEL ARSENAL
El Gobierno sirio ha declarado 1.300 toneladas de productos químicos a la organización, que obtuvo el premio Nobel de la Paz el pasado año, y que se encarga de transportarlo por carretera hasta el puerto de Latakia, de manera que pueda ser destruido fuera de sus fronteras.
La mayor parte de los productos químicos se procesará en el 'Cape Ray', un buque de cargamento estadounidense de casi 300 metros de eslora, que está equipado con un sistema portátil de hidrólisis capaz de neutralizar cerca de 560 toneladas de los productos tóxicos más letales.
El resto estará destinado a plantas de tratamiento de residuos tóxicos comerciales, entre ellas, una situada en Inglaterra.