MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
Unas 260.000 personas han vuelto a salir un sábado más a las calles de Israel por 11ª semana consecutiva para protestar contra la polémica reforma judicial que impulsa el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.
La movilización más importante ha sido una semana más la de Tel Avivi, con 175.000 personas coreando consignas como "Israel aún no es Irán", informa la televisión Channel 13, que cita a la empresa Crowd Solutions.
Varias calles están ya cortadas por la concurrencia de manifestantes, tales como la calle Kaplan, la calle Ibn Gvirol o la calle Menachem Begin. Entre los intervinientes de este sábado están Yaakov Frenkel, Guy Rolnick o Eyal Naveh.
Los manifestantes han intentado cortar de nuevo la autopista Ayalon de Tel Aviv. La Policía ha empleado cañones de agua para desalojar a los activistas, equipados con banderas israelíes, y hay varios detenidos.
Los simpatizantes del Gobierno también se han movilizado y se ha podido ver a grupos de encapuchados enfrentarse a los manifestantes en Tel Aviv. En otros puntos se ha informado del lanzamiento de piedras o huevos contra los manifestantes y hay un hombre detenido por embestir con su coche contra los manifestantes en Herzliya.
El líder de la oposición, Yair Lapid, ha estado en la manifestación de la ciudad de Ashdod, mientras que la líder del Partido Laborista, Merav Michaeli, quien se encuentra en Kfar Saba. También ha habido protestas en Jerusalén --10.000 asistentes--, Ramat HaSharon, Haifa y Rehovot. Hay 20.000 manifestantes en Netanya y 20.000 más sumando Herzliya y Raanana. En total se estima en 85.000 el número total de manifestantes fuera de Tel Aviv.
Este sábado la principal novedad es la participación por primera vez de grupos beduinos, miles de ellos en Beersheba, en el Neguev, con consignas como "Este es nuestro hogar", "Los mismos derechos y democracia para todos" o "Colaboración entre judíos y árabes". Se estima un total de 5.000 manifestantes en Beersheba.
TRAMITACIÓN PARLAMENTARIA
Mientras, el texto de la reforma judicial se enfrenta a una semana decisiva puesto que además se tramitan otras normas que permitirán al primer ministor Netanyahu y a otros miembros del Gobierno esquivar sus problemas judiciales.
La reforma judicial se someterá a su segunda y tercera lectura a pesar de las críticas, que denuncian que el Gobierno asumiría un control absoluto sobre la Judicatura, que además quedaría atada de pies y manos para cuestionar las leyes aprobadas en la Knesset o Parlamento israelí.
La esperanza de los manifestantes es la posibilidad de que desde la propia coalición que lidera Netanyahu se suavicen los puntos más polémicos de la norma.