MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los partidos de la oposición de Corea del Sur han expresado este jueves su preocupación en torno a una serie de rumores que apuntan a que la presidenta, Park Geun Hye, destituida por la Asamblea tras verse salpicada en un importante caso de corrupción, podría dimitir de forma voluntaria.
Choung Byoung Gug, uno de los parlamentarios díscolos y líder actual de la facción escindida del gubernamental Partido Saenuri, el Partido Libertad de Corea, ha asegurado que de ser cierto "Park no sólo sería una presidenta que ha violado la ley, sino que también sería una cobarde".
Por su parte, el líder del Partido Popular, Park Jie Won, ha afirmado que Seúl debería empezar a prepararse para unas elecciones presidenciales, por si los rumores son ciertos y Park dimite de forma voluntaria, acción que interrumpiría la actual investigación que pesa sobre la mandataria.
En este sentido, Choung ha insistido en que Park debería cooperar con el Tribunal Constitucional, responsable de decidir si ratifica o no la suspensión del cargo aprobada en diciembre por el Parlamento, según recoge la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
Por su parte, la Presidencia de Corea ha asegurado que los rumores sobre la dimisión de Park carecen de fundamentos.
Park fue destituida por la Asamblea el pasado mes de diciembre, a raíz de la detención de su amiga y confidente Choi Soon Sil, acusada de interferir en numerosos asuntos del Estado a pesar de no ostentar ningún cargo gubernamental.
Los fiscales investigan el papel de Choi y de Park, entre otros asuntos, en la fusión de Samsung con otra empresa, movimiento que benefició a varias organizaciones controladas por la amiga de la presidenta; así como en el nombramiento de algunos miembros del Gobierno, entre ellos el embajador surcoreano en Birmania.
El vicepresidente y heredero de Samsung, Lee Jae Yong, ya ha reconocido que la apartada presidenta obligó a que su compañía financiara con miles de millones de wones a diferentes organizaciones de las que Choi era propietaria, acusaciones que negó públicamente, a cambio de que el Gobierno apoyara una operación de fusión que beneficiaba, entre otras cosas, al propio Lee.