Exigen al presidente Gnassingbé la liberación de los presos políticos y una amnistía general para los opositores exiliados
MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
La agrupación Dynamique Monseigneur Kpodzro (DMK), el principal grupo "paraguas" de la oposición togolesa, ha podido celebrar este pasado sábado su primera reunión después de dos años de prohibiciones por la pandemia o motivos de seguridad.
La reunión del DMK, que agrupa a siete partidos de oposición y seis grupos de la sociedad civil, se ha celebrado para conmemorar el 60 aniversario del asesinato del presidente Sylvanus Epiphanio Olympio durante el golpe de Estado de 1963.
Tras su encuentro, el DMK ha lanzado una declaración de principios en la que se comprometen a "luchar hasta la última gota de nuestra sangre, para que Togo pueda renacer", en un mensaje dirigido contra el actual mandatario, Faure Gnassingbé.
"Los actores de la vida sociopolítica togolesa y su socio el DMK desean al pueblo togolés y este, en nombre del año 2023, el fin de la dictadura miltaroclánica en Togo y la refundación nacional", añaden en su declaración, recogida por el portal Ici Lomé.
De igual modo, la oposición exige "la liberación de todos los detenidos políticos y de opinión que languidecen en las cárceles del régimen" de la UNIR (la Unión para la República, el partido del mandatario) así como "la firma de una amnistía general que permita el retorno pacífico de todos los exiliados y refugiados políticos en Togo".
La declaración del DMK sucede en un momento crítico para la seguridad de Togo, después de que el mandatario decretara en diciembre la integración del Ministerio de Defensa en sus competencias como jefe del Estado dentro del aumento de la violencia yihadista en el norte del país africano.
Togo se encontraba relativamente a salvo hasta hace poco de la violencia yihadista que ha devastado a su vecino del norte, Burkina Faso, y otros países de la región del Sahel durante la mayor parte de la última década.
El área del Sahel en particular, y ahora cada vez más el del Golfo de Guinea, se ha convertido en una prioridad para las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico que operan en la región, que ha experimentado un aumento significativo de los ataques desde el año 2015.