MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
El principal partido opositor de Burundi, el Congreso Nacional para la Libertad (CNL), ha denunciado este viernes la "incitación al odio y la violencia" contra los miembros de la formación de cara a las elecciones presidenciales que se celebrarán en mayo en el país africano.
"El CNL está muy inquieto por un nuevo fenómeno de caza y búsqueda del hombre lanzado esencialmente contra sus candidatos a las elecciones a varios niveles", ha indicado el portavoz del partido, Térence Manirambona, según ha informado el diario burundés 'Iwacu'.
Así, ha indicado que "los responsables de estos actos innobles son ciertos responsables del partido en el poder, así como funcionarios responsables de servicios de información y de la Policía", al tiempo que ha denunciado "arrestos arbitrarios" de sus militantes.
Manirambona ha detallado que alrededor de diez miembros del partido han sido asesinados y otros 200 encarcelados antes de las elecciones y ha acusado directamente a la rama juvenil del partido gubernamental, los Imbonerakure.
En respuesta, un portavoz del gubernamental Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia-Fuerzas para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD) ha indicado en declaraciones a la cadena de televisión británica BBC que no va a pronunciarse sobre las acusaciones.
El candidato del CNL, Agathon Rwasa, es considerado como el principal candidato a las presidenciales frente a Evariste Ndayishimiye, 'delfín' del actual mandatario, Pierre Nkurunziza, y punta de lanza del CNDD-FDD en los comicios.
El opositor fue líder de la milicia hutu Fuerzas de Liberación Nacional (NLF) durante la guerra civil en Burundi (1993-2005), grupo que firmó un acuerdo de paz con el Gobierno en 2006.
Rwasa anunció el 14 de febrero de 2019 la formación del CNL, después de que la inscripción fuera aceptada por el Ministerio del Interior. "Creamos el partido para el bien de todos los burundeses. No vamos a excluir a nadie que quiera unirse a nuestro partido", dijo.
ELECCIONES SIN NKURUNZIZA
El CNDD-FDD eligió a finales de enero a Ndayishimiye como su candidato a las presidenciales, en lo que supuso la primera vez en 15 años que el partido presenta un candidato diferente a Nkurunziza.
El actual presidente ha gobernado la nación con puño de hierro desde 2005 y dejará tras de sí un país fracturado en medio de un "clima de terror", según denunció Naciones Unidas a finales del año pasado.
Una comisión de investigación de Naciones Unidas afirmó en septiembre de 2019 que el presidente burundés es personalmente responsable de graves violaciones de los Derechos Humanos en el país africano.
"Podemos confirmar que las violaciones graves de los Derechos Humanos han continuado desde mayo de 2018", dijo, antes de agregar que entre las mismas figuran "ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, arrestos y detenciones arbitrarias, actos de tortura y violencia sexual".
La crisis en Burundi estalló en abril de 2015, cuando Nkurunziza anunció su intención de concurrir a las elecciones presidenciales de julio de ese año para aspirar a un tercer mandato, algo que, según la oposición, violaba el acuerdo de paz alcanzado en 2015 para poner fin a la guerra civil.
Tras un fallido golpe de Estado, el presidente logró revalidar su cargo en las urnas, desatando con ello una ola de violencia con epicentro en la antigua capital, Buyumbura, que se cobró al menos 450 vidas, de acuerdo con organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.