La muerte de una mujer y de su hijo expone la emergencia del campo de Moria, con cuatro veces más migrantes de los que puede albergar
MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las muertes de una mujer y de su hijo en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, han puesto de nuevo sobre la mesa las condiciones en las que viven más de 13.000 personas y han llevado a las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno a lanzar un llamamiento "urgente" para atender a unos migrantes víctimas del "colapso" de un sistema que no funciona.
El campo de Moria, una sucesión de tiendas y contenedores concebido en su día para albergar a 3.000 personas, acoge en la actualidad a cuatro veces más. Los cooperantes han denunciado en reiteradas ocasiones la saturación de la zona y la incapacidad del personal para hacer frente a las necesidades de los migrantes, entre los que hay más de mil menores no acompañados.
Un incendio en uno de los contenedores habilitados como vivienda y los disturbios que se desencadenaron a continuación --con más de una veintena de heridos-- han devuelto el foco a Moria, en un momento clave por el repunte en el número de llegadas a Lesbos y otras islas del Egeo. Más de 9.000 migrantes arribaron en agosto, una cifra sin precedentes desde la aplicación del acuerdo entre la UE y Turquía hace más de tres años, y en septiembre el dato ya supera los 8.000.
"Las condiciones siempre han sido terribles, pero se han deteriorado en los últimos meses", ha advertido la responsable de Incidencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Grecia, Sophie McCan, que ha repasado en una entrevista a Europa Press la situación de un campo donde hay un baño por cada 90 personas o una ducha para más de 200.
Los disturbios del domingo, ha añadido, no son sino un "resultado predecible" en un contexto donde miles de personas viven "sin seguridad, sin protección, en condiciones inhumanas". En este sentido, ha asegurado que los equipos de MSF han detectado en niños enfermedades cutáneas "directamente relacionadas" con las condiciones higiénicas del campamento".
El portavoz de ACNUR en Lesbos, Boris Cheshirkov, comparte esta preocupación, pese a la "calma" que parece haber vuelto este lunes a Moria tras unas 24 horas complicadas. "Obviamente, la gente está frustrada y enfadada", ha afirmado Cheshirkov, quien como McCan entiende que la desesperanza pueda estar cundiendo en una población atrapada.
La responsable de MSF ha señalado que "básicamente el sistema ha colapsado" en las islas griegas, donde no se estaría brindando un procedimiento de asilo adecuado o analizando las necesidades específicas de la situación más vulnerable. La mayoría, ha agregado, "no tiene absolutamente ninguna información sobre su futuro" y "están perdiendo la esperanza".
SEÑALAN AL ACUERDO CON TURQUÍA
Por su parte, la jefa de la misión de Oxfam en Grecia, Renata Rendón, ha tachado de "horribles" las muertes de una mujer y su hijo y las ha vinculado de forma "directa" a las políticas migratorias de la UE, en particular al acuerdo firmado con Turquía tras la ola migratoria de 2015, sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial en Europa.
"El acuerdo fuerza a los refugiados y otros migrantes a vivir en campos saturados, inadecuados, que representan una amenaza directa para su seguridad", ha lamentado Rendón, en un comunicado en el que ha reclamado una reubicación de quienes siguen llegando a las islas del Egeo.
La responsable de MSF tampoco tiene duda a la hora de señalar al acuerdo con Turquía, que "está atrapando a la gente en estas islas". McCan ha lamentado que un enfoque que iba a ser "temporal y extraordinario", hasta que se resolviesen las solicitudes de asilo de los migrantes, haya pasado a ser "la norma" para miles de personas.
Ante la perspectiva del cuarto invierno en estos campamentos, McCan ha pedido "el fin de esta política de contención y disuasión", en la medida en que "se está cobrando vidas", y ha lanzado un llamamiento no solo a las autoridades griegas, sino también a "la Unión Europea, a cada uno de sus líderes".
"Tiene que haber un enfoque humanitario" y no "uno que solo busque aumentar la seguridad, disuadir a las personas para que no sigan viniendo", ha añadido, para lo cual sería necesario garantizar una "evacuación urgente" de los campos que debería comenzar por las personas vulnerables, "especialmente los niños".
SOLIDARIDAD EUROPEA
McCan, que ha descrito la situación como una "crisis humanitaria", ha echado en falta un "plan concreto" por parte de las autoridades griegas, centradas ahora en trasladar a migrantes y refugiados a la Grecia continental. De acuerdo a una iniciativa reciente, Atenas espera que haya 3.000 evacuaciones antes de que concluya octubre.
El responsable de ACNUR en Lesbos ha reconocido en declaraciones a Europa Press que los traslados representan "la forma más urgente" de hacer frente a la emergencia, pero no bastan. "Ahora es momento de una acción urgente", ha subrayado Chesirkov, quien también ha instado a "compartir la solidaridad" a todos los niveles, tanto nacionales como continentales.
Así, ha reclamado "un esfuerzo extra" a los países europeos y ha puesto como ejemplo el acuerdo bilateral sellado en 2018 entre Portugal y Grecia para reubicar a mil personas. Espera que otros países sigan este ejemplo, teniendo en cuenta que la mayoría de quienes llegan a territorio griego lo hacen con "la clara necesidad de que les protejan".
Las organizaciones humanitarias oscilan entre el escepticismo y la preocupación en relación a lo que puede ocurrir en sitios como Moria en las próximas semanas, ya que temen que las tensiones persistan.
Las llegadas a países como Italia, España, Malta o Grecia --más de 68.000 en total este año, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)-- no dan muestras de reducirse a corto plazo. "Esta es la realidad a la que Europa tiene que hacer frente", ha subrayado McCan.