CIUDAD DE GUATEMALA/SAN SALVADOR 17 Nov. (Reuters/EP) -
El Salvador, Guatemala y Honduras han acordado buscar una estrategia conjunta con México para enfrentarse alinestable escenario que se abrirá en enero cuando Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, según han informado fuentes conocedoras de esta medida.
Las políticas proteccionistas y de lucha contra la inmigración propuestas por el magnate republicano podrían tener consecuencias devastadoras para el llamado Triángulo Norte de Centroamérica, una de las regiones más pobres y violentas del mundo, muy dependiente de las remesas y del comercio con Estados Unidos.
En su primera reunión tras la inesperada victoria de Trump, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, el de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y el de Guatemala, Jimmy Morales, han explicado que buscarán una posición conjunta ante las nuevas autoridades de Washington en temas de migración, empleo e inversiones.
Además, los mandatarios han estado instruyendo a sus cancilleres para que busquen el apoyo de México, según ha podido confirmar a Reuters el ministro de Relaciones Exteriores salvadoreño, Hugo Martínez, y una fuente gubernamental que estuvo presente en el encuentro.
"Lo que nos dijeron los presidentes es que además de este círculo (...) podríamos ampliarnos y buscar un contacto con México, en primera instancia, y después también con los demás países latinoamericanos", ha señalado Martínez.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México no ha querido hacer comentarios al respecto.
La cancillería anunció el miércoles medidas para evitar que millones de mexicanos en Estados Unidos sean víctimas de abusos y fraudes ante posibles deportaciones masivas anunciadas por Trump, que ganó la carrera a la Casa Blanca impulsado por una campaña en la que prometió construir un muro en la frontera sur de Estados Unidos, expulsar a millones de indocumentados y revisar los tratados comerciales que considera que están llevándose los empleos del país norteamericano a países con salarios más bajos.
Las remesas de millones de centroamericanos que viven legal e ilegalmente en Estados Unidos son vitales para la economía de sus países, mientras que una deportación masiva podría agravar los problemas de una región con altos niveles de desempleo y una rampante inseguridad.
PLAN EN MARCHA
La primera reunión entre los cancilleres del Triángulo Norte tendrá lugar el jueves en San Salvador, según estas fuentes, si bien todavía no hay fecha para una reunión con México.
Los cancilleres centroamericanos han explicado que fortalecerán sus servicios consulares en Estados Unidos, mientras buscan una mayor coordinación con asociaciones de migrantes, abogados pro bono y organizaciones no gubernamentales para luchar contra un posible aumento de las deportaciones.
Además, el presidente hondureño aseguró esta semana que prevé reunirse con congresistas y senadores aliados en Estados Unidos para defender la Alianza para la Prosperidad, un plan respaldado por la administración de Barack Obama para mejorar el desarrollo de los países origen de la migración.
El Congreso aprobó el año pasado 750 millones de dólares para la iniciativa, pero ese monto todavía no se ha enviado a los países y el futuro del plan es incierto bajo la futura administración.
La viceministra de Relaciones Exteriores de Honduras, María Andrea Matamoros, ha informado a Reuters de que esperaba un aumento del flujo de inmigrantes hacia Estados Unidos antes de que Trump llegue a la Casa Blanca en enero.
"(El muro) es la campaña perfecta para un traficante de personas y ahora con la elección del presidente Trump eso se magnificó. Ya estamos viendo, increíblemente, un aumento en los flujos de inmigrantes", ha explicado.
En Estados Unidos viven cerca de 1.7 millones de centroamericanos indocumentados, según el Centro Pew.