ISLAMABAD 13 Ago. (DPA/EP) -
Pakistán y Afganistán han cerrado uno de sus principales pasos fronterizos después de un mortal tiroteo entre sus respectivas fuerzas del orden que ha dejado al menos tres civiles afganos muertos y siete paquistaníes heridos.
Ambas autoridades se reprochan el inicio de la refriega en una frontera que en los últimos meses ha experimentado un aumento de los flujos migratorios, debido a las pretensiones de muchos afganos de salir de su país por la presencia de los talibán en el poder y a la repatriación de decenas de miles más desde Pakistán.
Según el portavoz del Ministerio del Interior de los talibán, Mufti Abdul Mateen, las víctimas mortales del lado afgano han producido como consecuencia de un ataque discriminado de las fuerzas fronterizas paquistaníes contra varias casas situadas cerca de la frontera. Entre los muertos hay al menos un menor de edad.
Por su parte, las autoridades fronterizas de Pakistán han denunciado que los talibán han utilizado artillería pesada contra su lado de la frontera, provocando que cientos de familias paquistaníes huyeran de sus hogares de las aldeas cercanas.
El inicio de los enfrentamientos, apuntan, se ha producido después de que las fuerzas de seguridad de los talibán intentarán levantar un nuevo puesto de control a pocos metros de la frontera. Los choques se han intensificado desde que los fundamentalistas tomaron el poder en Afganistán en 2021.
Desde finales de 2023, Pakistán ha iniciado una política de repatriación que afecta a 1,7 millones de afganos que residen de manera irregular en respuesta a un aumento de la inseguridad en la frontera de la que responsabilizan a los talibán, quienes darían cobijo y respaldo a grupos islamistas.