La votación llega después de que el presidente denunciara un complot para intentar sacarle del poder
MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Parlamento de Burundi ha aprobado este miércoles de forma unánime el nombramiento del hasta ahora ministro del Interior, Gervais Ndirakobuca, como nuevo primer ministro, apenas unos días después de que el presidente burundés, Evariste Ndayishimiye, denunciara la existencia de un complot para intentar sacarle del poder.
Ndirakobuca, que jurará el cargo este mismo miércoles, sustituirá de esta forma al hasta ahora primer ministro, Alain Guillaume Bunyoni, sin que hayan trascendido los motivos que han llevado al presidente a recomendarle para el cargo. La sesión ha sido celebrada de urgencia tras ser convocada durante la tarde del martes.
La votación se ha celebrado a mano alzada a petición del presidente de la Asamblea Nacional, Gélase Daniel Ndabirabe, quien ha argumentado que esta vía "es más fácil y más rápida". "Tenemos muchas cosas que hacer", ha apuntado, antes de pedir a los parlamentarios que "asuman su elección", según ha informado el diario burundés 'Iwacu'.
"¿Por qué querríais ocultar el voto?", se ha preguntado Ndabirabe, después de que el parlamentario Léopold Hakizimana pidiera que la votación tuviera lugar en secreto "por motivos de seguridad". Finalmente, los 113 parlamentarios presentes han respaldado a Ndirakobuca, un excomandante rebelde que también fue general del Ejército y comisario de la Policía.
Ndayishimiye afirmó la semana pasada que existía un complot contra él por parte de "algunas personas poderosas" y prometió "derrotarlas", sin especificar quién estaría detrás de este supuesto intento de desestabilización en el país africano.
El presidente burundés asumió el cargo en junio de 2020 tras su victoria en las presidenciales celebradas en mayo y a raíz de la repentina muerte a causa de un infarto de Pierre Nkurunziza, quien tenía que pasar el testigo en el mes de agosto de ese año.
Las elecciones estuvieron marcadas por un repunte de la violencia y ante el temor de que el país se viera arrastrado a una crisis violenta como la de 2015, cuando Nkurunziza decidió presentarse a un tercer mandato, a pesar de que la oposición denunciaba que ello violaba el acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil (1993-2005).