MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Parlamento de Líbano, Nabih Berri, ha avisado de que no convocará elecciones presidenciales, que en el país se desarrollan de manera indirecta a través de los diputados de la cámara, hasta que no se adopten las polémicas reformas económicas pactadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para lograr un crucial préstamo de ayuda.
Las reformas del FMI, preacordadas hace unas semanas pero lejos de su ratificación, son un tema candente en el país porque las entidades bancarias ya han considerado como inaceptables algunos de los aspectos que plantea la institución internacional.
Los aproximadamente 3.000 millones de dólares ofrecidos por el FMI en el plazo de los cuatro próximos años implican una completa reestructuración de su sector bancario --auditorías a sus 14 bancos principales incluidas-- así como de la deuda nacional, pasando por la adopción de un tipo de cambio unificado y controles formales de capital, según se pudo extraer de los discursos de los líderes nacionales tras el acuerdo preliminar.
"El presidente debe tener una sensibilidad cristiana, una sensibilidad musulmana, pero sobre todo una sensibilidad patriótica", ha declarado Berri a través de un comunicado recogido por el 'L'Orient le Jour'.
Berri puede convocar estas elecciones a partir del 1 de septiembre pero tal escenario ahora mismo no parece probable. Varios candidatos más o menos oficiales ya están en liza, como el líder de las Fuerzas Libanesas (FL), Samir Geagea, o su rival del Movimiento Patriótico Libre, Gebran Bassil.
El titular del Legislativo aprovechó para pedir al presidente del país, Michel Aoun, y al primer ministro designado Nayib Mikati, que se reúnan el lunes para tratar otra vez más de formar gobierno, aunque ha reconocido que "sería un milagro" que lo consiguieran, dada la crisis política que acompaña a las asfixiantes penurias económicas que atraviesa buena parte de la población.