MADRID, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Parlamento libio reconocido internacionalmente ha aprobado este martes una ley de amnistía para los crímenes cometidos por ciudadanos libios desde el 15 de febrero de 2011, fecha en la que se inició la revuelta contra el Gobierno de Muamar Gadafi.
La ley contempla numerosas exclusiones, quedando fuera de ella todos aquellos condenados por terrorismo, asesinato, secuestro, torturas, tráfico de drogas, crímenes sexuales, asalto, contrabando o corrupción, según ha informado la agencia libia de noticias LANA.
La necesidad de una amnistía para los oficiales del Gobierno de Gadafi no implicados en crímenes graves ha sido defendida por múltiples parlamentarios, si bien también ha habido numerosos llamamientos para reclamar que los milicianos responsables de abusos rindan cuentas ante la justicia.
La aprobación de la ley de amnistía ha llegado pocas horas después de que un tribunal libio haya condenado a muerte a Saif al Islam Gadafi, el hijo mayor del dictador libio, y a ocho ex altos cargos del régimen.
Saif al Islam ha sido juzgado en rebeldía, toda vez que permanece detenido en Zintan en manos de un grupo de milicianos que se niega a entregarle a las autoridades libias, por lo que ha participado en el proceso judicial por videoconferencia.
Saif al Islam ha sido condenado por crímenes de guerra cometidos durante la revuelta de 2011 que acabó con el régimen del coronel Gadafi, que murió a manos de milicianos rebeldes libios en Sirte el 20 de octubre de 2011.
El tribunal también ha condenado a pena de muerte a Abdulá al Senusi, que fue el jefe de Inteligencia del régimen del coronel Gadafi, y a Baghdadi al Mahmoudi, exprimer ministro. Todos los sentenciados tienen derecho a recurrir el fallo judicial. El resto de acusados del anterior régimen han sido condenados a penas que van de los cinco años de prisión a la cadena perpetua.
Libia está actualmente dividida en dos Gobiernos enfrentados, uno con sede en Trípoli y el otro en Tobruk --reconocido internacionalmente y en el que se integra la Cámara de Representantes--, que pugnan entre sí por el poder y el control de los recursos naturales del país, rico en hidrocarburos. Cada Gobierno está apoyado por distintas facciones militares.