BEIRUT, 9 Jul. (Reuters/EP) -
Cientos de partidarios de Michel Aoun, uno de los principales políticos cristianos de Líbano, han protestado este jueves en Beirut contra el primer ministro suní, Tamman Salam, según dicen, porque se está marginando a los cristianos, agitando las tensiones en un país que ya está en crisis por la guerra en la vecina Siria.
Michel Aoun ha acusado al primer ministro de tomar decisiones sin el consenso de todos los partidos y de usurpar poderes reservados al presidente, un puesto reservado para un cristiano pero vacante desde el año pasado debido a la gran agitación política.
Los detractores de Aoun, incluidos los líderes cristianos, han dicho que tiene motivos personales para la acusación. Han asegurado que quiere que su yerno, el general de brigada, Shamel Roukoz, sea nombrado jefe del Ejército, cuando el puesto necesite ocuparse en septiembre.
"Somos más que chiíes y somos más que suníes y queremos nuestros derechos", ha dicho Aoun en declaraciones televisadas, en la que se comprometió a no dar marcha atrás.
Aoun, de 80 años, es un aliado de Hezbolá, un poderoso grupo chií libanes respaldado por Irán que lucha al lado del presidente de Siria, Bashar al Assad. Hezbolá ha aclarado que respalda la posición política de Aoun, pero que no ha participado en la manifestación.
Partidarios del Movimiento Patriótico Libre de Aoun han ondeado banderas naranjas y han marchado hacia la sede del Gobierno en el centro de Beirut, donde Salam se encontraba reunido con su gabinete.
"Nos lo están quitando todo", se ha quejado un estudiante de 21 años, Charbel Joury. Como cristianos debemos actuar, no quedarnos en casa. No somos un número pequeño en la región.
SIETE HERIDOS
Las protestas han sido en gran medida tranquilas, pero un grupo de personas han roto una barrera del Ejército y han herido a siete militares, según ha informado el cuerpo armado.
"No puedes imponer la fuerza a la gente que está usando la calle como opción", ha aseverado el ministro de Interior, Nohad Machnouk, según ha publicado el diario 'Asharq Al Awsat'. "No es bueno para el país, si no es bueno para los cristianos, especialmente para aquellos que, después de todo, son la columna vertebral económica del país", ha añadido.
Las estadísticas sobre la proporción de población de cada secta son un asunto sensible en Líbano donde el equilibrio y consenso ha mantenido al país relativamente estable desde la guerra civil de 1975-1990. En virtud del sistema, el presidente debe ser un cristiano maronita, el primer ministro un suní y el presidente del Parlamento un chií.
La web del Departamento de Estado de Estados Unidos cita estadísticas de una empresa de investigación libanesa que estima que aproximadamente un 40 por ciento de libaneses son cristianos de varias denominaciones, un 27 por ciento son suníes y un 27 por ciento chiíes.
Todos los principales partidos, incluyendo el Movimiento Futuro del político suní, Saad al Hariri, apoyado por Arabia Saudí, están representados en el Gobierno de Salam, que fue formado el año pasado después de que el país estuviera 10 meses sin ejecutivo.