JERUSALÉN, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
El partido palestino Al Fatá, al que pertenece el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha abierto canales de conversación "directos e indirectos" para resolver la actual crisis política entre el Gobierno palestino y el movimiento islamista al frente de la Franja de Gaza, agravada por recientes y multitudinarias protestas en este enclave por los recortes de sueldo que han padecido miles de funcionarios que viven allí, aunque trabajan para la administración de Abbas.
"Estamos dando pasos prácticos para poner fin al conflicto", ha indicado este jueves Azzam Ahmad, integrante del politburó de Al Fatá, en declaraciones a la emisora Voz de Palestina recogidas por la agencia de noticias Maan.
"Espero que la actitud de Hamás no nos lleve a complicar aún más la situación", ha indicado el político, quien ha depositado sus expectativas en la visita que hará en los próximos días una delegación de Al Fatá a Gaza para acercar posturas con los islamistas.
Las palabras de Azzam llegan en medio de las tensiones por la decisión de la Autoridad Palestina de recortar los salarios de sus funcionarios en Gaza. Los salarios de los trabajadores de la Autoridad Palestina en Cisjordania no se han visto afectados.
La Autoridad Palestina ha acusado de la situación a Hamás, que por su parte ha condenado los recortes salariales, hablando de "racismo" de la organización hacia los gazacíes.
Aunque el movimiento Hamás controla la Franja de Gaza desde hace diez años, todavía viven en el enclave unos 70.000 funcionarios que han decidido ignorar los llamamientos del Gobierno palestino para que boicoteen a las autoridades islamistas. A ello hay que añadir otros 50.000 funcionarios que trabajan para Hamás y cuyos sueldos la Autoridad Palestina se niega a pagar.
El sábado, miles de funcionarios palestinos salieron a las calles de Gaza para protestar el recorte salarial, reclamando la dimisión de Hamdalá y del ministro de Finanzas, Shukri Bishara.
Los manifestantes adujeron que las consecuencias de su persistencia suelen traducirse en súbitos recortes salariales o, en el peor de los casos, meses sin cobrar.
El Gobierno de la Autoridad Palestina argumenta, por contra, que la bajada de salarios se debe a tres factores principales: una crisis económica exacerbada por el bloqueo que mantiene Israel sobre la Franja, y el tiránico control de Hamás sobre el enclave, por el que el movimiento islamista no redistribuye los impuestos entre la población ni cede una parte correspondiente a la Autoridad Palestina.
Las protestas llevan repitiéndose desde principios de mes en la plaza de Al Saraya y amenazan con desbordar la larga tensión burocrática que se respira desde hace diez años en el enclave, que prácticamente subiste a través del mercado negro y donde la tasa de paro es una de las más elevadas del mundo.