PARÍS, 16 Nov. (Reuters/EP) -
La deserción de un centenar de miembros de La República en Marcha (LREM), el partido fundado hace año y medio por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha marcado los días previos al congreso en el que la formación proclamará a Christophe Castaner como líder.
Las últimas deserciones no incluyen a ningún diputado, pero los argumentos utilizados evidencian los desafíos con los que previsiblemente se encontrará Cataner, el único candidato, una vez que sea proclamado máximo responsable del LREM. Los críticos acusan al partido de perder su esencia al convertirse en un partido al uso, menos abierto y con menos garantías democráticas.
Desde LREM sostienen que la fuga de cien personas no es significativa, habida cuenta de que el movimiento ha ganado 160.000 nuevos miembros y cuenta ya con 360.000 --la militancia es gratuita--.
"Necesitamos reinventar nuestro movimiento político", ha admitido Castaner, portavoz del Gobierno, ante sus compañeros de partido. Tras vencer en las elecciones presidenciales y parlamentarias, LREM encara ahora un periodo de tranquilidad electoral, ya que los próximos comicios --europeos-- no se celebrarán hasta 2019.
Una encuesta de Harris Interactive evidencia el desgaste sufrido por el partido de Macron desde su llegada al poder, de tal forma que la proporción de ciudadanos que confían en sus políticas ha caído del 57 al 48 por ciento desde el mes de mayo.
El diputado Laurent Saint-Martin cree que es "bastante normal" que se produzca este desgaste, "una vez que la euforia de la victoria es pasado". "Los activistas aún están aquí. La pregunta es simplemente cómo trabajar juntos", ha apostillado Saint-Martin, que se estrenó en política de manos de LREM.