MADRID 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Partido Socialista ha elegido a la exministra Paula Narváez como candidata a las próximas elecciones presidenciales, avalando así a una aspirante que llega con el aval de la expresidenta Michelle Bachelet y que ha apelado en su primer discurso a la "unidad" de la oposición para devolver a la izquierda al Palacio de la Moneda.
Narváez llegó al Comité Central de los socialistas precedida de una carta de apoyo en la que se le describía como "la continuadora natural de Bachelet" y que estaba firmada por la propia expresidenta. Su nombre ya venía ganando peso frente a otras potenciales opciones que nunca llegaron a materializarse, como las de Álvaro Elizalde o Heraldo Muñoz.
La candidata socialista deberá enfrentarse aún a un proceso de primarias para erigirse en la abanderada de la izquierda en las próximas elecciones presidenciales, previstas para noviembre. Narváez aspira a liderar "un proyecto transversal de transformaciones políticas y sociales profundas", según el diario 'El Mercurio'.
La exministra, con experiencia en organizaciones internacionales, ha explicado ante los militantes que asume "con honor y fuerza" la "responsabilidad" de la candidatura, en la que intentará marcar distancias con el actual Gobierno, liderado por el conservador Sebastián Piñera.
"El Gobierno prácticamente abandonó a la ciudadanía a su suerte, obligando a sobrellevar la crisis con sus propios fondos de cesantía y previsionales", ha criticado Narváez, al hablar de unas ayudas que "llegaron poco, tarde y mal" para quienes más lo necesitaban.
"La derecha nos va a entregar un país debilitado y la tarea de recuperación será ardua", ha advertido, durante un mensaje en el que también ha reconocido las heridas sociales que arrastra el país desde las protestas de 2019, sin precedentes en la historia reciente de Chile.
Ese "estallido social", ha añadido, "fue el ejercicio más grande y fuerte de unidad nacional" y su mensaje quedó patente con el resultado del último referéndum, en el que una amplia mayoría de la población se mostró partidario de reformar la Constitución. Al próximo Gobierno le tocará "la tarea de implementar" la nueva Carta Magna.