MADRID 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente saliente de México, Enrique Peña Nieto, ha asegurado este viernes que su país no permite la entrada de migrantes de forma irregular y violenta, después de que los migrantes de la caravana que partió hace una semana de Honduras rumbo a Estados Unidos superaran el cordón policial en la frontera con México.
"Como cualquier país soberano, México no permite, ni permitirá el ingreso a su territorio de manera irregular y mucho menos de forma violenta", ha señalado Peña Nieto en un discurso a última hora de este viernes, según ha recogido el diario 'El Sol de México'.
"El ingreso violento al país no solo atenta contra nuestra soberanía, también pone en riesgo a los propios migrantes, especialmente a niñas, niños, mujeres y adultos mayores", ha aseverado.
El mandatario saliente también ha recalcado que los migrantes de la caravana "podrán solicitar el ingreso por las vías que establecen nuestras leyes y el derecho internacional".
Un primer grupo de cien migrantes, la mayoría hondureños, ha podido cruzar y solicitar asilo en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Hidalgo, en Chiapas. Horas después, se han sumado muchos más --miles-- que, como ya había advertido el Gobierno mexicano, han desbordado a las autoridades.
En el puente que cruza el río Suchiate, frontera natural, algunos han forzado la valla a empujones hasta que han logrado abrir un hueco por el que colarse. Sin embargo, rápidamente se han encontrado con agentes antimotines mexicanos que les han cortado el paso.
Algunos migrantes han atacado a los agentes con piedras. El comisario general de la Policía Federal, Manelich Castilla, les ha pedido, megáfono en mano, que "desistan de las agresiones" para llevar a cabo un "ingreso ordenado", según informa Reuters.
El Gobierno mexicano ha aclarado en los últimos días que se haría un análisis individual para que quienes tuvieran documentos de viaje pudieran entrar y circular libremente por el país, si bien al mismo tiempo ha advertido de que los demás se enfrentarán a la deportación, salvo aquellos que soliciten asilo.