BEIRUT, 30 Jul. (Reuters/EP) -
Los iraníes volverán este año a peregrinar formalmente a La Meca después de que Teherán suspendiera en 2016 la peregrinación tras la tensión con Arabia Saudí a raíz de la avalancha de 2015 que acabó con la vida de miles de personas, incluidos cientos de iraníes.
Este año las autoridades iraníes sí han gestionado la peregrinación y este mismo domingo llegarán a los lugares santos musulmanes 90.000 peregrinos iraníes. El ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, ha exigido a Arabia Saudí que garantice la seguridad de todos los peregrinos, ya que, afirma, "la seguridad del haj (peregrinación) es responsabilidad del país donde existen los dos nobles santuarios" de La Meca y Medina.
"La preocupación constante para la República Islámica de Irán es la preservación de la seguridad, la dignidad, el bienestar y la comodidad de todos los peregrinos y en particular de los iraníes", ha dicho Jamenei, al tiempo que ha advertido que los iraníes nunca olvidarán los "catastróficos acontecimientos" de 2015.
Por último, Jamenei ha pedido a los peregrinos que muestren su descontento ante los recientes disturbios en la Mezquita de Al Aqsa en Jerusalén y "la perjudicial presencia de Estados Unidos en la región".
Arabia Saudí rompió relaciones con Irán después de que un grupo de manifestantes iraníes entraran en la Embajada saudí en Teherán en enero de 2016 en protesta por la ejecución de un clérigo chií en Arabia Saudí.
El pasado junio, el Gobierno de Irán responsabilizó a Arabia Saudí de estar detrás de un ataque de Estado Islámico contra el Parlamento iraní y el santuario del fundador de la República Islámica de Irán, el ayatolá Ruhollah Jomeini que dejó al menos 18 muertos. Arabia Saudí negó cualquier participación en ese incidente.
Riad, por su parte, ha acusado a Irán de intentar romper la estabilidad de los países árabes y extender el sectarismo mediante el apoyo a milicias en Siria, Líbano, Irak y Yemen, así como de fomentar la rebelión en Bahréin y Arabia Saudí.