KABUL/PESHAWAR 7 Ene. (Reuters/EP) -
Varias facciones de los talibán afganos contemplan sumarse al proceso de paz que intentarán relanzar las autoridades locales la próxima semana, según han revelado varios líderes insurgentes, lo que podría generar un cisma en el seno de una milicia que, al menos hasta ahora, ha evitado dar una respuesta contundente.
La próxima semana, representantes de Afganistán, Pakistán, Estados Unidos y China se verán en Islamabad para plantear la posible reanudación del diálogo. Esta iniciativa coincide con un repunte de la insurgencia en territorio afgano, donde los talibán han ganado terreno desde el final de la misión de combate de la OTAN en 2014.
En el aire está, sin embargo, cuál será la postura de los talibán y, en caso de que parte de ellos accediese, si estos representarían una proporción significativa dentro del movimiento. Varios destacados dirigentes ya se han mostrado dispuestos a sentarse en la mesa de diálogo.
Un comandante incluso ha dado por cerrada la creación de un grupo talibán que participaría en las conversaciones y de los que formarían parte dos miembros de la oficina de representación en Qatar. Otro dirigente ha aclarado que, "primero", los cuatro países que se reunirán esta semana deberán decidir "el lugar, el tiempo y los términos".
El principal portavoz del grupo, Zabihulá Mujahid, también ha subrayado que no se ha designado ningún equipo y ha apuntado que todavía no han recibido "ningún mensaje formal" sobre el que comenzar a trabajar.
Entretanto, el Gobierno afgano ha optado por la cautela y ha advertido de que el primer objetivo será crear una 'hoja de ruta' sobre la que trabajar. "Esto ayudará a Afganistán y a nuestros aliados a medir la tangibilidad y sinceridad de los esfuerzos emprendidos por las partes", ha explicado por un portavoz del presidente, Ashraf Ghani.
DIVISIÓN
La división interna podría impedir el avance de cara al posible proceso de paz con los milicianos y el propio Ghani ya reconoció el mes pasado que los talibán como tal "no existen", sino que hay "grupos de talibán".
Las divisiones se hicieron patentes el año pasado tras la confirmación de la muerte del líder, el mulá Omar. El ascenso de su 'número dos', el mulá Atjar Mansur, generó el malestar en ciertas facciones que acusaron al nuevo líder de encubrir la muerte de su predecesor y de seguir las órdenes de Pakistán.
No obstante, la facción de Mansur no ha rechazado frontalmente el diálogo y una fuente ha constatado señales "positivas" sobre los preparativos del hipotético proceso de paz. Un comandante ha apuntado que el actual 'número dos' y líder de la red Haqqani, Sirajuddin Haqqani, podría participar.
Otra fuente ha advertido de que, si Haqqani finalmente se suma, no sería de forma personal sino a través de emisarios, entre otras razones por motivos de seguridad. "Como de costumbre, podría enviar a sus representantes, pero nunca asistiría", ha apuntado un miembro de su entorno.
Por contra, los rivales de Mansur, con el mulá Mohamad Rasoul al frente, han expresado en reiteradas ocasiones su rechazo al diálogo. El portavoz y 'número dos' de esta facción, el mulá Manan Niazi, lo ha dejado claro: "No estamos implicados y nunca lo estaremos en la negociación de paz del mulá Mansur".
"Continuaremos con la yihad hasta lograr el objetivo", ha añadido, en alusión a la expulsión total de Afganistán de las fuerzas militares extranjeras.