LIMA 10 Feb. (Reuters/EP) -
El Gobierno peruano ha anunciado este lunes el cierre temporal y la reestructuración de su servicio de Inteligencia, tras denuncias de espionaje a dirigentes opositores y altos funcionarios propios que han golpeado la popularidad del presidente Ollanta Humala.
La primera ministra, Ana Jara, ha dicho que la decisión fue tomada en una reunión con representantes de quince partidos políticos al inicio de un diálogo nacional, en busca de generar confianza en el país a casi un año de las próximas elecciones presidenciales.
Al diálogo no asistieron los representantes de las dos mayores fuerzas opositores del país, la del expresidente Alan García y la de la hija del exmandatario Alberto Fujimori, quienes rechazaron la convocatoria de Humala para exigir la renuncia de Jara y un cambio en el gabinete.
"Se ha acordado el cierre temporal de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) para proceder a su reestructuración y ver los controles de fiscalización", ha explicado Jara en una declaración a periodistas, al final de la reunión en Palacio de Gobierno.
La primera ministra ha añadido que enviará en los próximos días al Congreso un proyecto de ley para formalizar el cierre de la DINI durante seis meses, periodo en que se buscará modernizarla para que siga trabajando en temas prioritarios como "la seguridad nacional, el combate al narcotráfico y el terrorismo".
Jara ha afirmado que durante el cierre temporal de la DINI los servicios claves de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, del Ministerio de Interior y de la Cancillería se mantendrán operativos.
El Gobierno fue acusado de promover un supuesto espionaje a un exprimer ministro durante la presidencia de Alan García --potencial candidato para las elecciones presidenciales del 2016-- con el fin de conocer los "puntos débiles de los enemigos políticos para desprestigiarlos", según la prensa local.
También hubo acusaciones de realizar un presunto seguimiento a la actual vicepresidenta, Marisol Espinosa, quien según analistas está distanciada de Humala luego de que el Gobierno no la apoyó el año pasado para que sea elegida presidenta del Congreso.
El Congreso investiga actualmente ambos casos, y el Gobierno ha rechazado las acusaciones en su contra.
En el inicio del dialogo nacional, Humala ha pedido a los líderes políticos del país generar un clima de confianza en momentos en que el Gobierno encara también fuertes criticas por denuncias de corrupción y por el freno de la economía local.
Estas criticas, junto a las denuncias de presunto espionaje, han afectado a Humala y la aprobación a su gestión cayó 5 puntos porcentuales a 25 por ciento en enero, según Ipsos Perú.
El mandatario no ha descartado que existan empresas privadas que prestarían servicios de seguimiento para vender información de interés industrial o político.
A finales del siglo pasado operaba en Perú una gran red de espionaje liderada por el ex asesor de Inteligencia Vladimiro Montesinos, que derivó en un escándalo de corrupción y en la destitución del expresidente Alberto Fujimori.