MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las milicias kurdas peshmerga y los propios residentes de Kirkuk han levantado ya puestos de control para impedir que el Ejército iraquí y las fuerzas paramilitares chiíes que le respaldan entren en la ciudad iraquí, epicentro del nuevo episodio de tensión en la región tras la victoria de la opción independentista en el plebiscito del pasado 25 de septiembre en la región del Kurdistán iraquí.
Ahora mismo hay 6.000 combatientes peshmerga en la zona. Hay que resaltar que Kirkuk no es exactamente parte de lo que hasta ahora se entiende por el Kurdistán iraquí pero es objeto de una histórica disputa entre ambas partes, y de hecho contó como circunscripción durante la celebración del referéndum.
Estos combatientes se han mostrado dispuestos a plantar cara a a las fuerzas del Ejército y las milicias Hashd al Shaabi, pero el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha dado a sus hombres órdenes de no iniciar las hostilidades y las fuerzas kurdas están diciendo lo mismo a los residentes.
"No tenemos intención de atacar al Ejército pero de aquí no nos vamos", ha declarado el comandante peshmerga Omer Salih a la agencia de noticias kurda Rudaw. "Hemos estado protegiendo esta ciudad de las garras de Estado Islámico durante tres años, desde que el Ejército iraquí nos dejó tirados".
Ahora mismo las fuerzas iraquíes y kurdas se encuentran estacionadas en torno a la línea verde que lleva casi 15 años separando el Kurdistán iraquí del resto del país, desde los momentos previos a la invasión estadounidense de Irak en 2003.
"Pero ni mucho menos hemos retrasado líneas", ha añadido en referencia a informaciones que apuntaban a un retroceso del frente dos kilómetros al interior en las afueras de la ciudad. "No hemos abandonado Tal Ward. Estas informaciones están muy lejos de la verdad", ha añadido.