MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
El jefe de las fuerzas de seguridad kurda --peshmerga--, Jabar Yawar, ha rechazado este miércoles las denuncias de Amnistía Internacional (AI) sobre la demolición de miles de casas en un intento evidente de desarraigar a las comunidades árabes como represalia por su supuesto apoyo al grupo terrorista Estado Islámico.
"Estos informes cuentan con una única fuente. Sólo han dado la oportunidad de hablar a una de las partes. Amnistía Internacional nunca nos contactó o nos preguntó nada acerca de este informe", ha dicho.
"Si hubieran realizado una visita hubiéramos dado pruebas sólidas para demostrar que las acusaciones no tienen fundamento", ha agregado, en unas declaraciones concedidas a la cadena de televisión kurda Rudaw.
En este sentido, Yawar ha recalcado que "las acusaciones han sido formuladas por personas vinculadas al (grupo yihadista) Estado Islámico". "Nos acusan porque han perdido su territorio en los combates (de los peshmerga) contra el Estado Islámico", ha agregado.
Asimismo, ha explicado que "la principal razón tras la destrucción en estas áreas es la presencia de minas colocadas por el Estado Islámico". "Colocan bombas a las casas, las carreteras e incluso a los animales y los cadáveres", ha asegurado.
Por último, Yawar ha manifestado que "esta destrucción es el resultado de una guerra", negando que tengan una "finalidad política", al tiempo que ha recordado que la región del Kurdistán "ha acogido a más de 1,8 millones de hermanos árabes refugiados".
EL INFORME DE AI
En su informe 'Desterrados y desposeídos: desplazamiento forzado y destrucción deliberada en el norte de Irak', la ONG recoge una investigación de campo realizada en trece pueblos y ciudades y en testimonios de más de 100 testigos y víctimas de desplazamiento forzado, así como imágenes de satélite que revelan la "destrucción generalizada" cometida por los peshmerga o, en algunos casos, por milicias yazidíes y grupos armados kurdos de Siria y Turquía coordinados con las fuerzas peshmerga.
La asesora general de AI sobre respuesta a las crisis, Donatella Rovera, que ha llevado a cabo la investigación sobre el terreno en el norte de Irak, ha denunciado que el Ejército del Kurdistán iraquí "parece estar impulsando una campaña para desplazar a la fuerza a las comunidades árabes, destruyendo pueblos enteros en áreas arrebatadas al Estado Islámico en el norte de Irak".
"El desplazamiento forzado de la población civil y la destrucción deliberada de casas y propiedades sin una justificación militar pueden constituir crímenes de guerra", ha advertido.
Asimismo, las citadas fuerzas, según Amnistía, también están impidiendo a los residentes árabes de estas zonas que regresen a sus hogares tras ser recuperados. "Decenas de miles de civiles árabes que se vieron obligados a huir de sus casas a causa de los combates luchan ahora por sobrevivir en campamentos improvisados en condiciones desesperadas", ha lamentado Rovera.
"Muchos han perdido sus medios de vida y todas sus pertenencias y, al haber perdido sus casas, no tienen donde regresar. Al impedir que las personas desplazadas regresen a sus pueblos y al destruir sus casas, el ejército del Kurdistán iraquí sigue exacerbando su sufrimiento", ha sostenido en un comunicado.