BAGDAD 19 Dic. (Reuters/EP) -
Los peshmerga --combatientes kurdos-- han reclamado este viernes el control de más territorio tras abrir un corredor en las montañas de Sinyar, lo que han calificado como la mayor victoria contra el Estado Islámico.
Un alto mando de los peshmerga ha informado de que las fuerzas kurdas han expulsado a los milicianos suníes del distrito de Snuny, en el norte de Irak, por lo que están más cerca de la toma de la totalidad de la zona de Sinyar, cerca de la frontera con Siria.
Cientos de yazidíes, una minoría religiosa, han escapado de la montaña, donde llevaban meses atrapados, a través del corredor abierto por los peshmerga y la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
"Hasta ahora no hemos podido comenzar a evacuar a las personas atrapadas, antes teníamos que tomar posiciones defensivas", ha dicho el comandante peshmerga en Sinyar, Zumar y Mosul, Zaim Ali.
La ofensiva, en la que participan cerca de 8.000 kurdos, está directamente a cargo del presidente del Gobierno Regional de Kurdistán, Masud Barzani. Su objetivo es tomar la ciudad de Sinyar, en el sur de la montaña, que forma parte de una ruta clave para los terroristas del Estado Islámico.
El pasado verano, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló de la necesidad de evitar un "genocidio" de la minoría yazidí a manos del Estado Islámico, lo que motivó en parte la autorización de los ataques aéreos.
Desde entonces, las fuerzas kurdas han recuperado parte del terreno perdido en el norte de Irak, excepto la montaña de Sinyar, a causa de su difícil geografía.
El Consejo de Seguridad de la Región del Kurdistán ha informado este viernes de que la coalición internacional liderada por Estados Unidos mató el pasado miércoles a uno de los jefes del Estado Islámico en Mosul, Shihab Ahmed Hasán al Luhaibi, mano derecha de Abu Bakr al Baghdadi en Nínive. Su vehículo fue derribado durante un ataque en el este de la ciudad, según ha informado en un comunicado.
El grupo extremista ha tomado extensas zonas de Siria e Irak desde principios de 2014 y ha matado y expulsado a miles de chiíes y no musulmanes en la región.