El proyecto de la Fundación Vicente Ferrer permite salvar 9.000 árboles al año
MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
El calentamiento global es una realidad que desde la Fundación Vicente Ferrer (FVF) quieren ayudar a contener. Las plantas de biogás con que se está dotando a algunas familias en el distrito indio de Anantapur buscan reducir las emisiones y combatir también otro problema, la deforestación, además de ser un método más barato para producir energía y mucho menos perjudicial para la salud que la leña y el combustible empleados hasta ahora.
En la FVF apostaron por "plantaciones de árboles como una estrategia a largo plazo" con el objetivo de reforestar el distrito pero se toparon, según explica a Europa Press Salthyanarayana, asistente del director del departamento de ecología de la ONG, con la "gran paradoja" de que "la gente de los pueblos está cortando la vegetación para adquirir leña para cocinar".
Por ello, surgió la idea de las plantas de biogás, de las que ya se han construido 4.697 desde el año 1995. "Por cada planta de biogás construida se evita la tala de dos o tres árboles cada año, lo que significa que conseguimos salvar más de 9.000 árboles cada año", subraya el responsable de la FVF.
Fundación Vicente Ferrer
"Antes de que comenzáramos a construir las plantas, las familias tenían que ir lejos a cortar árboles para conseguir leña para cocinar o comprar la madera, lo cual suponía un coste económico o el esfuerzo de todo un día de trabajo. Ahora, se reduce el trabajo, el coste económico y además es mejor para quien cocina", resalta.
El proyecto es financiado entre la Fundación y el Gobierno de India. Cada planta de biogás cuesta 20.000 rupias (unos 256 euros), de las que el beneficiario solo tiene que pagar unas 400 rupias (unos 5 euros). Además, el beneficiario ayuda en la construcción y el mantenimiento de la planta, que la FVF se encarga de revisar el buen funcionamiento de la misma una vez al mes.
Este es uno de los factores que más convencen a quienes apuestan por instalar una planta de biogás en su casa, aunque no el único. Byjai Bashkar cuenta que cuando la ONG llegó a Bukkrya, donde vive, en 2003 él optó por un programa de gas natural del Gobierno, pero las bombonas de gas son caras --unas 800 rupias, 10 euros-- y además eran necesarias dos bombonas al mes.
Ahora, explica, con la planta de biogás de FVF "disponemos de gas durante todo el año y solo compramos una bombona cada 8 meses que usamos en ocasiones especiales". La única condición para poder disponer de una planta de biogás, además del espacio para su construcción --unos 15 metros cuadrados--, es contar "con cuatro búfalas como mínimo que aporten los 50 kilos de excrementos diarios necesarios para su funcionamiento", explica Salthyanarayana.
Fundación Vicente Ferrer
MENOS TRABAJO Y MENOS IMPACTO PARA LA SALUD
Pero más allá del ahorro económico que supone para las familias contar con una planta de biogás en sus casas, también hay otros beneficios. "Hace unos años mis padres solían ir lejos, a la búsqueda de árboles para poder talar y recolectar leña para cocinar, lo cual era una actividad muy arriesgada y costosa", subraya Bashkar.
"Ahora con la planta de biogás es todo mucho más simple. Tenemos las búfalas aquí en casa y sólo hace falta recolectar sus excrementos y ponerlos dentro del tanque. Comparado con todo el esfuerzo que tenían que hacer nuestras familias, el trabajo que hacemos ahora no es nada", reconoce, muy satisfecho con su decisión.
También está muy contenta Sailaja. Esta ama de casa destaca que ahora puede "cocinar mucho más rápido, el fuego tiene más potencia y no huele mal". Ese es precisamente otro de los beneficios de las plantas de biogás, su menor impacto para la salud. "Mi madre siempre ha cocinado con fuego de leña y ahora está teniendo muchos problemas respiratorios por haber inhalado humo durante tantos años", resalta, subrayando que además "la casa también se mantiene más limpia".
Fundación Vicente Ferrer
Para Venkatalakshmi las ventajas para su salud son igualmente evidentes desde que tiene la planta de biogás. "Desde pequeña he estado en contacto con el humo de la leña porque era lo habitual. Tenía problemas de visión y me escocían los ojos", recuerda. Ahora, resalta, "los ojos ya no me duelen".
Pero, ¿cómo funcionan estas plantas de biogás? Están divididas en tres partes: el tanque de entrada, el pozo de fermentación y el tanque de salida. En el primer tanque, según explica Salthyanarayana, "es por donde se introduce el agua y los excrementos". De ahí, pasa al pozo de fermentación, que se encuentra bajo tierra y donde la mezcla reposa al fondo y empuja el gas metano, que sale por un tubo que lo conduce hasta la cocina de la vivienda.
Para obtener unos 750 gramos de gas metano diarios, indica el responsable de la FVF, es necesario mezclar 50 kilos de excrementos de búfala con 50 litros de agua, lo suficiente como para abastecer a una familia de cinco miembros.
"Es un proyecto que previene la contaminación y la deforestación, mejora la salud de las mujeres y representa una fuente de ingresos... Sus beneficios se observan en todos los aspectos de la vida cotidiana", resume del director del sector ecología de la FVF, Nageswara Reddy.