WFP/George Fominyen
Kaye ha incidido que en los cuatro casos se trata de situaciones que "en gran medida son obra de la mano del hombre", principamente por la inseguridad, aunque en el caso de Somalia se da la circunstancia adicional de la grave sequía que azota al país.
La guerra en Yemen, en conflicto en Sudán del Sur y la insurgencia del grupo terrorista Boko Haram en el noreste de Nigeria y en la cuenca del Lago Chad plantean "retos de seguridad" que impiden que la población civil tenga acceso a alimentos o pueda cultivarlos, ha añadido el responsable del PMA, subrayando que aunque desde la ONU se vio "venir" la situación, "¿cómo evitar un conflicto?". "Esto es algo que corresponde a los políticos", ha incidido.
El resultado ahora es una crisis humanitaria de la que las ONG y la ONU se encargan de hablar pero, "nosotros no somos los capacitados para arreglar las causas del problema", solo "podemos ser el mensajero", ha sostenido Kaye.
Respecto a Yemen, el responsable del PMA ha hecho hincapié en la complejidad de la situación y de la respuesta humanitaria en las circunstancias actuales, teniendo en cuenta que la ONU se ha visto obligada a retirarse o reducir su presencia debido al conflicto y los retos logísticos actuales por el bloqueo.
VENTANA PARA AYUDAR A YEMEN
"Los datos son extremadamente preocupantes, con 7 millones a un paso de la hambruna, pero aún hay una ventana muy pequeña para ayudar a estas personas antes de que sea demasiado tarde" porque una vez que la hambruna se declara oficialmente significa que "la gente ya está muriendo porque no tiene suficiente para comer", ha resaltado.
Así, ha confiado en que la comunidad internacional sea capaz de darse cuenta de ello y ver que "esa ventana es ahora". En Yemen, ha proseguido, "necesitamos fondos pero fundamentalmente necesitamos el compromiso político de todas las partes y que sean conscientes de la grave situación en la que se encuentran los yemeníes" y dejen a un lado las consideraciones políticas para "salvar y proteger vidas humanas".
En el caso de Sudán del Sur, el PMA lleva años "trabajando incansablemente en el país" pese a los retos de inseguridad y, según Kaye, "la situación sería significativamente peor de lo que es actualmente" si no hubiera sido por esta labor y "la generosidad de nuestros donantes".
Aquí la clave, según él, la tienen "los dirigentes políticos" que son quienes siguen provocando el sufrimiento de los civiles en amplias zonas del país, poniendo "los intereses políticos por encima de los requisitos humanitarios" e "ignorando sus responsabilidades hacia las personas que representan". El principal obstáculo, ha añadido, son los "problemas de acceso".
WFP/ Karel Prinsloo
En Somalia, ha proseguido, "los problemas de seguridad son más impredecibles" debido a la manera de actuar del grupo terrorista Al Shabaab, al que, en su opinión, le sigue interesando "mantener la inestabilidad", lo cual supone un reto a la hora de ofrecer ayuda y de que el país pueda contar con un sistema alimentario que funcione con normalidad. "La sequía ha exacerbado esta situación", ha incidido.
En el caso de Nigeria, Kay ha resaltado la "respuesta positiva" por parte de los donantes en la reciente conferencia celebrada en Oslo y ha indicado que algunas de las promesas de fondos ya se han ejecutado. Sin embargo, el responsable del PMA ha admitido que tras las conferencias de donantes "la maquinaria para hacer que esos compromisos se hagan realidad no parece tan rápida como podría".
COMPROMISO DE FONDOS QUE SE HACEN REALIDAD
Así, ha confiado que en las próximas citas previstas, en Bruselas sobre Siria y en Ginebra sobre Yemen, además de promesas haya "verdaderos y honestos compromisos que se hacen realidad" teniendo en cuenta "los retos y la realidad a la que nos enfrentamos".
Naciones Unidas ha solicitado 4.400 millones de dólares para ayudar a los 20 millones de personas en riesgo de morir de hambre en los cuatro países. "La inmediatez de la respuesta es crucial" en estos cuatro países, ha añadido el responsable del PMA.
Kaye ha subrayado que en los casos de Somalia y Sudán del Sur el PMA cuenta con "operaciones bien establecidas en el terreno", ya que lleva años trabajando allí, por lo que cuenta con "una capacidad tremenda para ser capaces de llegar a quienes lo necesitan" pero para ello "necesitamos acceso y recursos".
En otro orden de cosas, ha admitido que resulta "preocupante" el anuncio por parte de Estados Unidos de que pretende reducir sus aportaciones a la ONU, aunque "no tenemos los detalles", puesto que se produce en un momento en que el mundo se enfrenta a una "catástrofe humanitaria".
No obstante, ha considerado que aunque las agencias humanitarias se enfrentan a "necesidades récord", siguen contando con el respaldo de donantes "tremendamente generosos" como la Unión Europea, Reino Unido o Alemania.
WFP/George Fominyen
OTROS DONANTES
A ellos, ha considerado que deberían sumarse cada vez más otros países que "pueden permitirse" dar su apoyo. Así, ha citado la creciente colaboración con países asiáticos como China o Corea del Sur, además de Japón, que tradicionalmente ha sido un país donante, y ha defendido que debería haber una mayor dependencia de los países de Oriente Próximo.
Estos países, según Kaye, tienen recursos y han demostrado generosidad, aunque no lo estén haciendo a través de la ONU, sino mediante "canales islámicos" dirigidos principalmente a países islámicos.
Por otra parte, Kaye ha reconocido que la actual división que se tiende a hacer de ayuda al desarrollo y ayuda de emergencia es "parte del problema" a la hora de atender algunas crisis, ya que "no ayuda necesariamente a llevar las soluciones a las personas a las que se da asistencia".
En este sentido, se ha mostrado partidario de un "enfoque más holístico y combinado", que sea capaz de "abordar las causas y los factores que originan una determinada situación así como los síntomas" provocados por ella.
Esto afectaría al modo de organizarse de los donantes tradicionales, principalmente los occidentales, que suelen tener una agencia encargada de la ayuda al desarrollo, que gestionan generalmente de forma directa con los países destinatarios, y otra ayuda de emergencia que "no está asociada con ningún tipo de agenda".