MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha recalcado que está llevando a cabo un "rápido aumento" de su respuesta en la frontera entre Chad y Sudán ante el aumento del número de refugiados que llegan a la zona huyendo de los combates desatados el 15 de abril entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
El organismo ha indicado en un comunicado que "miles" de personas están cruzando la frontera cada día desde la región sudanesa de Darfur (oeste) para llegar a la localidad de Adré, antes de agregar que "muchos" de ellos llegan con heridas o con "historias desgarradoras" de la violencia a la que han escapado.
"La gente está corriendo a través de la frontera, heridos, asustados y sólo con sus niños en las manos y la ropa a la espalda. Necesitan seguridad y ayuda humanitaria", ha dicho el director del PMA en Chad, Pierre Honnorat, quien ha destacado que "el PMA ha movilizado todo lo que tiene a la frontera para apoyar a los recién llegados".
En este sentido, ha detallado que unas 20.000 personas han llegado a Adré durante la última semana, lo que eleva a 230.000 el número de refugiados que han cruzado la frontera desde el estallido de las hostilidades, cifra a la que se suman 38.000 chadianos que se encontraban como refugiados en Sudán que han vuelto al país.
El PMA ha explicado que ha dado alimentos y asistencia nutricional a cerca de 152.000 personas y a las comunidades de acogida, al tiempo que ha incidido en que trabaja con actores locales en el espectro sanitario y el gobierno local para mejorar la infraestructura sanitaria en la zona fronteriza.
Hasta el momento, el organismo ha construido seis unidades temporales en la zona, incluidas dos que están siendo usadas como hospital de campaña y para logística médica, mientras que los otros cuatro operan como centros de tránsito para los refugiados que están llegando a Chad.
La situación ha llevado al PMA a enviar al lugar ayuda alimentaria a la frontera, si bien el organismo ha recalcado que "los recursos se están agotando rápidamente" y ha alertado de las "altas tasas de desnutrición entre niños que llegan desde Darfur".
Las estimaciones apuntan a que más del diez por ciento de los niños están desnutridos, por lo que el ingreso de estos menores en centros sanitarios de Adré están aumentando "rápidamente", lo que supone una presión "significativa" sobre "unas instalaciones limitadas".
A ello se suma el inicio de la temporada de lluvias, lo que está dificultando el acceso por carretera a la zona, mientras que, si bien el PMA está pudiendo entregar ayuda alimentaria en Darfur Oriental, Darfur Norte, Darfur Sur y Darfur Central, aún no puede operar con seguridad en Darfur Occidental, una de las zonas más afectadas por los enfrentamientos intercomunitarios derivados del conflicto entre el Ejército y las RSF.
Las actuales hostilidades entre el Ejército y las paramilitares estallaron en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de Estado de octubre de 2021, en el que fue derrocado el primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok.
El conflicto ha dejado hasta el momento más de 1.100 muertos, según el Ministerio de Salud sudanés, pero las cifras reales podrían ser mucho más elevadas teniendo en cuenta la violencia intercomunitaria desencadenada en las regiones de Kordofán y Darfur.
Además, más de 2,9 millones de personas han sido desplazadas, incluidas casi 700.000 que han huido a países vecinos, según datos publicados la semana pasada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre informaciones de atrocidades diarias y abusos sexuales a gran escala contra las mujeres y niñas del país.