LONDRES, 28 Jun. (Thompson Reuters Foundation /EP) -
La población civil que ha huido de Faluya ante la ofensiva de las fuerzas iraquíes para recuperar el control de la ciudad de las manos del Estado Islámico se encuentra en una situación "desesperada" y necesita ayuda humanitaria urgente debido a las altas temperaturas, la falta de agua potable y de alimentos, según ha declarado un miembro de la ONG International Medical Corps (IMC).
El Ejército iraquí logró recuperar el control de Faluya, una ciudad que se encuentra a unos 50 kilómetros al oeste de Bagdad, el pasado domingo. El asedio al que las fuerzas iraquíes, que cuentan con el apoyo aéreo de Estados Unidos, sometieron a Faluya forma parte de una ofensiva militar mucho mayor que tiene como objetivo echar al Estado Islámico de todos aquellos territorios que tomó bajo su poder en 2014.
Los miles de civiles que huyeron de la ciudad durante la ofensiva ahora se encuentran hacinados en varios campos de refugiados de los alrededores, sin comida, agua o asistencia sanitaria, además de haberse quedado sin hogar.
"Se trata de familias que han vivido bajo el control del Estado Islámico durante más de dos años. La situación en la que vivían antes no era nada buena y en la que viven ahora es incluso peor", ha declarado el coordinador de campo de IMC en Bagdad, Simon Cowie.
"La gente está bastante desesperada en estos momentos. Se enfrentan a la carencia de cualquier aspecto esencial: falta de agua, falta de comida, no tienen acceso a retretes ni a asistencia sanitaria y el acceso a la educación es completamente inexistente", ha añadido Cowie.
De acuerdo con Naciones Unidas, más de 85.000 personas han huido de Faluya desde que dio comienzo la ofensiva de las fuerzas iraquíes. La ONU estima que cuando empezó el asedio, sólo vivían dentro de los muros de la ciudad unas 90.000 personas, lo que supone un tercio de la población de Faluya antes de que cayese bajo el control del Estado Islámico.
Varias fuentes militares han declarado que en Faluya, que fue la primera ciudad iraquí en ser conquistada por los milicianos yihadistas, el Estado Islámico ha colocado multitud de minas con el objetivo de dañar la estructura de la ciudad e impedir que el acceso a la misma sea fácil.
El alcalde de Faluya declaró el domingo que las familias desplazadas de la ciudad podrán regresar a sus casas en un plazo de dos meses como máximo. Sin embargo, dadas las malas condiciones de seguridad, las minas y los daños que ha sufrido la estructura de muchos edificios, Cowie ha alegado que es muy probable que estas familias no puedan volver a Faluya al menos hasta dentro de un año.