La población siria no responde a las convocatorias para manifestarse

Actualizado: sábado, 5 febrero 2011 9:22

DAMASCO 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los actos antigubernamentales convocados para el viernes, 'Día de la Ira', en la capital de Siria, Damasco, no han logrado reunir a manifestantes, a diferencia de lo sucedido en las multitudinarias manifestaciones de Egipto.

En los últimos días los opositores venían convocando estas concentraciones para el viernes y el sábado a través de las redes sociales Facebook y Twitter. El objetivo es denunciar la represión que ejerce el Gobierno del presidente Bashar al Assad.

Pese a ello, el viernes fue un día tranquilo en Damasco. Las fuerzas de seguridad reforzaron la custodia del Parlamento, lugar donde se preveía la protesta.

Un activista político consultado por 'The New York Times' que pidió conservar el anonimato indicó que Siria "es el último país en el que ocurrirá un cambio de régimen" al apuntar que "la cultura de la protesta" no está presente en la sociedad.

El opositor islamista Ghassan al Najjar, que dirige la Corriente Democrática Islámica, ha sido animado a los ciudadanos de Alepo a participar en los actos convocados. Los servicios de seguridad han llamado en las últimas 48 horas a más de diez activistas para presionarles con el objetivo de que no se manifiesten, según ha comunicado un activista a la ONG estadounidense Human Rights Watch.

Otras informaciones apuntan a que dirigentes opositores como Michel Kilo y Riad Turk han sido igualmente advertidos.

El jueves las autoridades detuvieron a tres sirios que se vieron obligados a firmar documentos en los que prometen no manifestarse. Poco antes habían participado junto a doce individuos más en una marcha contra la corrupción y el elevado precio de los servicios telefónicos.

El empresario Rami Majlouf, pariente de Al Assad, domina en exclusividad mediante dos empresas la telefonía en Siria y Estados Unidos le acusa de jugar un importante papel en la corrupción pública del país.

Por otro lado, recientemente Al Assad anunció una subida salarial del 17 por ciento para los dos millones de funcionarios, lo que hacía menos probable que creciera el rechazo a su gestión.