'La pobreza es sexista': cómo escolarizar a 130 millones de niñas puede acabar con la brecha económica

Niña en la escuela en Kenia
SIEGFRIED MODOLA / REUTERS
Actualizado: martes, 7 marzo 2017 21:01


MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la organización no gubernamental ONE ha publicado este martes su informe anual titulado 'La pobreza es sexista', donde ha denunciado que más de 130 millones de niñas carecen de acceso a la educación en el mundo, uno de los principales factores que perpetúa el ciclo de la pobreza.

"La educación es una de las armas más poderosas contra la pobreza", sostiene el informe. De acuerdo con la ONG, educar a una niña en un país subdesarrollado es más barato que comprar una barra de pan o el periódico. Según sus estudios, en los países más pobres del mundo el coste es de menos de un 1,10 euros al día.

A pesar de ello, la comunidad internacional sigue sin lograr dar acceso a la educación de forma equitativa a niños y niñas. Más de 130 millones de niñas no van al colegio en todo el mundo y, como consecuencia, son más vulnerables a la violencia, tienen menos oportunidades de futuro y corren el riesgo de convertirse en esposas infantiles.

Desde ONE han asegurado que escolarizar a las niñas en países subdesarrollados es una "gran inversión". De acuerdo con sus estudios, por cada dólar invertido en ofrecer un año extra de educación, el país receptor obtiene 10 dólares en beneficios sociales y económicos.

No obstante, la inversión en educación por parte de la comunidad humanitaria internacional ha bajado de un 13 por ciento a un 10 por ciento desde 2002. Aunque solo se trata de tres puntos porcentuales, esa bajada ha dejado a millones de niñas sin educación.

LA EDUCACIÓN COMO SINÓNIMO DE INCLUSIÓN

"La lucha contra la extrema pobreza está ligada a la lucha por la igualdad de género y el empoderamiento. En ningún otro sitio es tan obvio como lo es en la educación", ha explicado ONE.

Según el informe, cuando las niñas van a la escuela, tienen mejores oportunidades de trabajo y sus sueldos potenciales son mucho mayores. Por otro lado, al estar formadas "toman decisiones de manera más crítica" sobre su vida.

Las mujeres que sí han ido a la escuela secundaria tienden a tener familias más pequeñas. En África subsahariana, los niveles de fertilidad de las mujeres con educación secundaria son de 3,9 partos por mujer, mientras que los niveles de fertilidad en mujeres sin escolarizar son de 6,7 nacimientos.

No sólo eso, sino que tienen menor riesgo de sufrir enfermedades de transmisión sexual y de morir durante el parto, ya que cuentan con acceso a más información sobre cuidado prenatal, higiene íntima y enfermedades contagiosas.

Estos factores son fundamentales a la hora de reducir los niveles de mortalidad infantil y materna. Según ONE, si todas las niñas de África subsahariana completasen la educación primaria, la mortalidad materna descendería en más de un 70 por ciento. Si se consiguiese que completasen los niveles de educación secundaria, cada año podría evitarse la muerte de 1,2 millones de bebés en la región.

BARRERAS A LA EDUCACIÓN

A pesar de las enormes ventajas que supone invertir en educación, millones de niñas carecen de acceso a colegios o escuelas, independientemente de la inversión extranjera. Se debe sobre todo al coste que supone para las familias más pobres. Incluso cuando la matrícula de la escuela es gratuita, el uniforme o los libros de texto pueden suponer una carga económica demasiado grande.

En la inmensa mayoría de las familias, si tienen que elegir entre enviar a su hija o a su hijo a la escuela, envían al varón. La cultura y la tradición juegan un importante papel en el acceso a la educación de millones de menores. La formación de las niñas fuera del hogar nunca ha sido una prioridad, ya que millones de familias consideran que el rol de la mujer consiste en casarse, ocuparse del hogar y cuidar a los hijos.

Por otro lado, las niñas son más vulnerables durante el trayecto de su hogar a la escuela, que por lo general en los países subdesarrollados suele tener una distancia de dos a tres kilómetros. Durante el camino tienen hasta tres veces más posibilidades de sufrir una agresión que los niños.

Según los datos proporcionados por ONE, las niñas sin escolarizar corren mayor riesgo de ser víctimas del matrimonio infantil que las que sí logran acceder a una escuela. Si la situación continúa así, para el año 2030, más de 950 millones de mujeres habrán contraído matrimonio siendo menores. A día de hoy esa cifra es de 700 millones de mujeres.

"El objetivo está muy claro. Hay muchísimas pruebas que demuestran que un país educado es un país donde hay más salud, más rico y más estable, por lo que la educación universal y de calidad es uno de los mejores antídotos contra la pobreza", ha asegurado ONE en su informe. "Nunca acabaremos con la extrema pobreza si no priorizamos en la educación. Especialmente en la educación de las niñas", ha concluido.

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