DALLAS, 20 Jun. (Reuters/EP) -
La Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha sido duramente criticada después de que uno de sus directivos sugiriese que el pastor de la iglesia de Charleston donde ha tenido lugar una masacre, y que se encuentra entre los fallecidos, fue en parte responsable de lo sucedido.
Charles Cotton, directivo de la NRA, responsabilizó al pastor Clementa Pinckney, que además era senador demócrata en el estado de Carolina del Sur, de tener parte de responsabilidad en la masacre al haberse opuesto a la ley que pretendía permitir la posesión de armas en lugares como restaurantes, iglesias y centros de día.
"Ocho de los miembros de su iglesia podrían estar vivos si les hubiese permitido de forma expresa llevar pistolas están muertos", ha afirmado Cotton en un foro de Internet que él mismo administra y que aborda la defensa de las armas.
Pese a que los comentarios han sido borrados, sus declaraciones han inundado las redes sociales a través de capturas de pantalla, generando una ola de críticas. Cientos de personas han escrito a Cotton tildándole de "monstruo" e "insensible".
Por su parte, la organización cristiana América Fiel ha lanzado una campaña de recogida de firmas a través de Internet para exigir que Cotton sea expulsado de la Asociación Nacional del Rifle, además de que pida disculpas.
Pese a que Cotton no ha hecho declaraciones oficiales al respecto, 'The Washington Post' le ha citado afirmando que la discusión en el foro abordaba las ventajas y desventajas de las 'zonas libres de armas' y ha defendido que hizo esas declaraciones como ciudadano.
"Es mi opinión que no debería haber ninguna zona libre de armas en escuelas, iglesias o ningún sitio. Si nos fijamos en los tiroteos masivos que ocurren, la mayoría se producen en este tipo de sitios", ha afirmado.
El joven Dylann Roof se presentó la tarde del miércoles en la Iglesia Episcopal Metodista Africana (AME) Emanuel, donde estuvo sentado entre los asistentes a una reunión antes de abrir fuego, matando a nueve personas, entre ellos al pastor Clementa Pickney.
La masacre ha reabierto el debate sobre el control de armas en el país, ante lo que el presidente, Barack Obama, ha defendido la necesidad de un cambio de "actitud" y la necesidad de iniciar un debate a nivel nacional sobre este tema.