KABUL, 17 Jun. (Reuters/EP) -
La Policía de Afganistán ha instado a los extranjeros que viven en Kabul que viajen con guardias de seguridad tras el secuestro de una voluntaria india que tuvo lugar la semana pasada, algo que ha aumentado el clima de inseguridad en la capital. El jefe de Investigación Criminal de la Policía de Kabul, Fraidoon Obaidi, ha declarado que la recomendación es por el bien de los residentes en la ciudad.
"Todos los ciudadanos extranjeros, así como sus oficinas en Afganistán, son objetivos terroristas", ha declarado Obaidi. "La amenaza es muy seria, pero se puede mitigar si los extranjeros usan guardias de seguridad y escoltas", ha añadido. La oficina de Obaidi además ha repartido documentos a los extranjeros en los que se explican diferentes medidas de seguridad que podrían tomarse como precaución.
Por otro lado, mandos de la Seguridad Nacional se han distanciado de las recomendaciones de la Policía ya que creen que no son medidas efectivas para prevenir los crímenes que amenazan a los residentes.
Aunque la capital siempre ha tenido que enfrentarse a diferentes amenazas, el grueso del conflicto con los talibanes se ha desarrollado principalmente en las zonas rurales. Pero desde que la mayoría de las tropas internacionales abandonaron Afganistán en 2014, muchos ataques han ido dirigidos a los ciudadanos extranjeros, lo que ha llevado a que algunos se hayan tenido que reubicar en complejos de alta seguridad.
El secuestro de la voluntaria Judith D'Souza del pasado 9 de junio ha llevado a que la Policía inste a los extranjeros a que tomen medidas de seguridad adicionales, algo que, en algunos casos ha levantado críticas entre los ciudadanos.
La semana pasada se conocieron diversos casos denunciados por trabajadores extranjeros en los que aseguraban que la Policía y agentes de inteligencia les habían detenido en sus coches, llevado a comisarías e interrogado sobre cuestiones personales.
"Es absurdo que nos digan que no podemos ir a ningún sitio sin guardias amrados", ha dicho una ciudadana de Sri Lanka que trabaja en Kabul. Además, ha denunciado que la Policía la detuvo cuando abandonaba la casa de unos amigos y no le permitieron ir a la suya propia alegando motivos de seguridad.
Los secuestros suelen tener motivaciones económicas, lo que ha provocado que las clases más altas también sean objetivo de los secuestros, que ya han llevado a muchas organizaciones internacionales y ONG a sacar a sus trabajadores del país.